De nuevo volvemos a las descripciones de fauna salvaje que se inscriben en mi poemario Mundo, demonio y carne. Esta vez un simpático ratón de campo de los que comparten campos, huertas como matorrales, sotobosques, bosques, praderas, prados... Un ratoncillo que se alimenta de frutas del bosque, bellotas, frutos secos como de hortalizas, que aunque pariente, sus costumbres nada tienen que ver con el ratón común o comensal... Este, jamás se instalaría en nuestra casa, pues huye de nosotros como de la tiña que somos... La imagen de mi pictograma caligramático es clara:
Este pequeño roedor, algo mayor y regordete que nuestro comensal, es un roedor silvestre de hábitos nocturnos, como muestra mi imagen, mi diseño y resulta, como el conejo, imprescindible para la cadena trófica de su hábitat. Ser tan prolífico como desvalido, le ha valido para ser alimento frecuente y natural para los predadores carnívoros de los hábitats en que vive. Claro que, ser tan prolífico sirve, tanto a ratas, como ratones o conejos, para mantener con creces una especie habitual en las dietas de los depredadores. Este, al menos se salva de la caza del hombre, pero le quedan todas las demás, que a carnívoros mamíferos, une rapaces nocturnas y diurnas, serpientes y hasta aves zancudas y córvidos...
Es limpio y pulido, por lo que no tiene que resultar denigrado por vivir en lugares sucios o contaminados. Vive en madrigueras...
El poema que incluye, mi poema, se encuentra camuflado en las sombras del animal, casi imperceptible, pero está e incluye una pequeña descripción de esta especie...:
Vivo en el campo y el mundo salvaje,
por ser prolífico, alimento a muchos,
merodeo en la sombra y soy nocturno.
Prefiero que la oscuridad me ampare.
Aunque mucho me parezco a mi primo
doméstico, no es ese mi destino.
Mi primo tiene mala fama, creo,
y los hombres me confunden a veces.
No te confundas, yo no soy ese.
Soy ratón de campo, soy europeo
y soy limpio y pulido campesino
y jamás en casa del hombre vivo.
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
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