viernes, 27 de mayo de 2011

DE CANSANCIO Y ATONÍA (AUTORRETRATO ÚLTIMO)

Nuevo autorretrato en caligrama. Mi poema y caligrama retratan la sensación de cansancio, de frustración, de hastío provocado por el imparable molino apisonador de la rutina, por una sociedad que no sólo no ofrece alicientes, sino injusta e hipócrita que dilapida esfuerzos e ilusiones hasta convertirlo todo en harina de existencia en el sinsentido. Una sociedad sin esperanza ni escapatoria que se alaba a sí misma en su mediocridad y que no ofrece alternativas ni direcciones posibles a los desilusionados, a los indignados ante una sociedad cada vez más global y bipolar entre los poderosos y los marginados del poder y que, en estos últimos abre abismales distancias entre los supervivientes con medios, empleos y seguridad frente a la creciente multitud de marginados por estamento social, sexo, desempleo, ideología, raza y ubicación en una comunidad, barrio, estado, población...

Una sociedad sorda, egoísta, gris y casi cibernética donde pocos pueden siquiera reconocer su rostro.

Sí, indignado, cansado de luchar contra los sordos oídos de quienes sólo se escuchan a sí mismos desde los tronos de un poder conseguido con la simpiedad, el abuso, la corrupción y el ventajismo social y político, pero aún capaz de identificar mis señas de identidad... Aún resisto, cansado, hastiado pero vivo.

El poema que contiene y compone mi rostro dice así:

Tiempo sobre tiempo estrangulando el tiempo.
Soy sólo un fantasma de blancos cabellos
que busca recuerdos y sueños perdidos
entre los recovecos de mi pasado
como cuerpos oscuros y semienterrados
que giran el vértigo, adormecidos.

Mis largas barbas buscan el suelo duro,
mis curvos lentes, espejos de mi mundo,
han visto tanto, que ansían un descanso...
Cansancio sobre cansancio y atonía.
El molino de rutina desvanecía
las ilusiones que su paso ha matado.

El tiempo y su guadaña todo ha segado;
atornillando está al suelo el cuerpo ajado,
buscando las raíces de mis ancestros
en la carne pedregosa de los tiempos.
Danzan Vida y Muerte con vértigo ebrio,
socavando de adioses todo presente,
arrancando a jirones de mi mente
los nexos que aquí me mantienen despierto.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ