miércoles, 19 de enero de 2022

LEOPARDO O PANTERA

 Y volviendo a los caligramas (pictograma caligramático en este caso) y a la serie de Animales salvajes, el último  (y primero del año) es Leopardo o pantera, dibujo y poema inscrito de mi mano y creación propia. En el que, el diseño presenta el felino al acecho, en tierra y el poema, inscrito en la sombra que el animal proyecta en el suelo.

Hay una razón clara para esta presentación: la letra del poema es incompatible con el diseño moteado de camuflaje que caracteriza al felino y solo admitiría el uso del contorno del animal y, aún así, interferiría en el dibujo del camuflaje. Por eso he decidido inscribirlo por completo en la sombra...


Ciertamente, eso dificulta la visión del mismo, pero no la imposibilita y, en cambio, magnifica el matiz en la misma, contribuyendo a la perfeción del diseño. Y el poema, mi poema, reza así:

En ti definió la Naturaleza,
fuerza agilidad y efectividad,
potencia, astucia, bravura, impiedad...
El cazador hecho pura belleza...

La dosis perfecta hecha fiereza. 
Altiva, autónoma, cuya beldad
viste su piel dorada, majestad
manchada de negro y en su cabeza...:

observación de la pieza escogida,
estrategia tenaz y calculada
que tu traje manchado enmascara

entre la vegetación bendecida
para cazar con ventaja taimada...
Versátil, cualquier hábitat te ampara.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ.

Como es habitual, el poema describe al animal, su carácter y etología. Y no es el único dedicado a este bellísimo felino afroasiático, no ha tanto aún habitante de Europa, dos más le acompañan. Uno de ellos
complementa a la perfección otra de las peculiaridades típicas de esta pantera, habitante característico de la sabana:

LEOPARDO DE SABANA

A las ramas me remito.
Allí está mi siesta adorada,
mi comilona privada
y el balcón de mi distrito
cuando vivo en la sabana.
Allí está mi barbacana
y tengo mi gabinete,
mi cuarto de estar,
al que subo y bajo sin dar
más apuros ni fatigas.
Salto en un periquete
y me despido de enemigas.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ.

Si el primero la presenta como aviesa cazadora sigilosa y solitaria, este la refleja instalada en su árbol, escogido para la siesta, devorar tranquila su presa, defendida de  enemigos como hienas y leones, y para otear a posibles presas, habitantes, rivales de especie (o pretendientes si es hembra) y, por supuesto, enemigos y peligros potenciales y si fuese hembra con crías, amamantarlas, criarlas y protegerlas mientras sestean, duermen, comen compartiendo la presa o compartiendo juegos.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
 



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