miércoles, 25 de marzo de 2020

MUNDO MENGUANTE

El mundo era bisiesto...
un lecho de mujeres azules
moviéndose entre bordados de espuma,
y buscaba los castillos de roca,
las puertas triunfales
y las alfombras doradas, de arena...

Estaba lejos.
Aprisionado en este cuadro en movimiento...
y solo viajaban gorriones, urracas, gaviotas...
¿Cómo podía ser el mar espejo
de mi antaño, yo que nunca fui marinero?

El Sol estaba y eran cuatro;
la Luna en la cocina, ya sin hielo;
la Tierra era cuadrada
y tenía dos pisos
siempre llenos...
Y en su semana solo habían lunes...
viernes, sábado, domingo...
se perdieron...
Solo perviven en mis recuerdos...

Y miro afuera, los montes de cemento,
los ríos de asfalto negro
y ni un alma y ni un sueño.
Vacíos y muertos.
El humo se ha escapado al cielo
y el cielo, el cielo es donde nunca iremos
porque desde aquel día, estamos presos
y todos los sabemos.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

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