viernes, 14 de junio de 2019

MÍMESIS CLIMÁTICA

Sin duda podemos ser un perfecto espejo del clima. La abundancia de Sol, da más horas de vida, los países soleados ponen color a sus días, se vive en la calle y son más dados a la alegría, a la fiesta, a solazarse al sol en el dolce far niente, no de la pereza, sino de la despreocupación de aquello que nos agobia, desrepresionándose al calor de nuestro Astro Rey, en una terraza, paseando. Consecuentemente, cuando las horas de Sol son menos, la luz es menor, el cielo está encapotado y aumenta el frío, se tiende a cobijarse bajo techo, en casa o en el trabajo, hay más tiempo para la reflexión, para el estudio, `para la rutina, para el sueño como para agobiarse de sí mismo, deprimirse y tender a lo intimo como a lo dramático... filosofía, pero no vida... Como Serrat, yo también soy mediterráneo, vivo en la calle, me gusta pasear, disfrutar del color y la vida, la buena vida en contacto con los amigos y los seres queridos...

Los días encapotados, lluviosos se nos asocian a tristeza, a melancolía lo mismo que los lluviosos, grises y tediosos... fríos y ajenos, dignos de encerrarse en casa con una copa de vino o de coñac a la luz de la lumbre de la chimenea...

El caligrama, refleja fielmente el concepto... La imagen de un hombre cualquiera con aspecto decaído, brazos, caídos y rostro de aspecto indiferente, abstraído y de alguna manera APÁTICO A LO QUE EL DÍA LE OFRECE sirve perfectamente como envase del poema, casi sin recovecos ni juegos visuales... solo gritos con sentido simbólico y dobles sentidos afines al contenido y la imagen...

Así reza mi poema:

Incesante.
El cielo gris plomo
hería la ciudad.
Yo, sentado, esperaba
un rayo de Sol y de esperanza
que nunca vino.
Tampoco 
la lluvia con su traje
vítreo VINO.
Sólo esta tristeza
gris plomo
acudió ese día gris
de tedio INFINITO.
Nos maldijo
de tristeza,
arrastrando los minutos y las horas
de plomo,
Melancolía.
Nostalgia.
Las horas
se estiran de otoño
en PRIMAVERA

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

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