domingo, 24 de febrero de 2019

RETENCIÓN DE LA MEMORIA... FELIZ Y LIBRE

La memoria compartida de aquellos tiempos de penuria del franquismo pero de felicidad en lo sencillo, en lo simple que nos hermana en lo humano de aquellos recuerdos felices de la niñez, jugando a fútbol en la calle con una pelota de cuero, que no todo el mundo tenía ni podía tener, las porterías improvisadas con las chaquetas o las carteras si veníamos del cole y una si éramos pocos o dos si éramos más. Esos momentos de euforia y libertad, inocentes y despreocupados de las tardes de un día cualquiera en un barrio de la ciudad o del pueblo donde veraneabas que ahora serían imposibles por el tránsito continuo de vehículos... Si no era verano ni vacaciones de Navidad o Semana Santa, si no era domingo, en los  días laborables, tras de llegar a casa, merendar, estudiar y hacer los deberes, quizás hacer los recados (comprar el pan, la leche, el detergente o el jabón...), salir a la calle a jugar era lo habitual... No había televisión y la radio invadía las casas con seriales y la vida en las calles tranquilas era el pan de cada día... jugar a fútbol, a pídola, a churro, mediamanga, mangotero si eras chico, a las cocinitas, a saltar la comba, a rayuela, a las prendas... si eras niña formaba parte de nuestra vida despreocupada y probablemente más feliz y más libre que la de nuestros padres...

Esos maravillosos recuerdos son los que me sugieren la paz, la bondad, la naturalidad, la vida a corazón abierto de Josep Serra, el marido de Mercedes, en este caligrama de la serie amigos de Cubelles. Un pictocaligrama que centra su imagen en los niños jugando a fútbol en la plaza pública, bajo la exclusiva vigilancia de una de aquellas farolas que, en Barcelona, se encendían con gas y precisaban de los faroleros que las encendían cuando anochecía y las apagaban con su vara apagacandil cuando nacía la luz del día, solar y revitalizadora...

Imagen y poema con la etopeya, míos para recordar en una persona honrada, galante y generosa, en los que la imagen sin duda tienen que ver con que Josep haya sido jugador de fútbol y entrenador del equipo y sobre todo de jóvenes, niños a los que ha formado no solo en el deporte sino en el comprender que en un juego de fútbol, lo importante es el equipo, que se juega para el equipo y no para el lucimiento personal... Una forma de aprender a ser personas menos egoistas y más solidarias, que también te enseña a luchar por la victoria como a saber perder y a saber ganar, que es mucho más importante que ganar en sí mismo.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

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