Y siguiendo con los caligramas de la serie de mis amigos de Cubelles y que formaron parte de la exposición de un día, que fue también el de entrega a los retratados, este es el que retrata etopéyicamente a Mercé Ordaz, la tercera de las hermanas Ordaz con un pictocaligrama de imagen y el poema que lo compone, ambos míos, claro está.
Seguimos en la misma tesitura ya descrita anteriormente en otros caligramas de la serie y la simbología que empleo: Paisaje Natural que refleja un acantilado en el mar en calma con una isla con un puente natural labrado en la roca por la erosión de las olas y las corrientes marinas. El paisaje como muchos de la serie, existe en la realidad.
Recordemos que el mar es la infinitud de la vida y sus vicisitudes con el tiempo y el espacio atrapados en él y es también la vida y el Sistema que nos impone sus rutinas y obligaciones, esas que nos van labrando la personalidad como las olas y las corrientes marinas labran el acantilado como la vida nos labra con sus rutinas, sus obligaciones, sus infortunios y sus alegrías.
La personalidad y el carácter nos lo marca el rocoso acantilado, capaz de resistir los empellones de la vida y de la diosa fortuna, en este caso como madre, como abuela y pilar de una familia en la que ella supone la calma y la estabilidad que el mar refleja. Pilar de su familia, rodeada de hijos y nietos, es la puerta que se abre al infinito para ella y para los suyos, a los que tanto ama...
La isla se añada a la firmeza de carácter y a la preservación de sí misma y sus convicciones. La muerte de marido la encerró más en su casa y en los suyos, pero las amistades, especialmente las gitanes del Balls Populars de Cubelles, en la que también estaba mi mujer, fallecida hace tres años, la ayudaron a no perder esa función de puerta al futuro para los suyos. Esa empatía con sus amigas ayudó a su propia estabilidad y a una vida serena rodeada de los suyos... Mar en calma y belleza de la Naturaleza en sí misma.
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
No hay comentarios:
Publicar un comentario