domingo, 21 de febrero de 2016

TU ROSTRO VIVE EN MÍ ETERNAMENTE

Es difícil aterrizar en el sosiego después de haber vivido una pérdida desgarradora y aceptarla como inevitable... Por doquier se aparece y está en todas partes, con el dolor de haberla perdido, con el placer y el amor de recordarla como si estuviese aún viva. Y efectivamente, lo está en mis recuerdos... Mucho escribí durante la agonía, pero con su fin, creció en espasmo que me hacía difícil repetir las imágenes, verlas en fotografía y prolongarlas en mi recuerdo sabiendo que ya no tendrán más existencia que esta... Pero el tiempo todo lo cura y hace posible aceptar que el recuerdo es una forma de vida en todos los que te amaron. Aquí, en el este pictograma caligramática que funde la imagen inicial, que todo lo devora, en mi dibujo, con el poema, mi poema fusionado y perdido en las sombras de Marta, mi amada Marta, va una de sus caras impresionante, la atrevida, vital y descarada, que se enfrentaba a la vida con entusiasmo, con alegría y un punto de osadía temeraria y socarrona... La vida hay que lucharla con alegría y enfrentarse a ella, con una cierta chulería, la de decirse que aquí estoy yo para vivirla aunque sea a veces un mal trago, porque así será, con serla, vida misma...

Y si la imagen nos la muestra atrevida, el poema esparce  amor y gratitud, la que le debo por habérmelo dado todo, la vida, la alegría, el futuro y el presente, el recuerdo de un pasado feliz y el saber que en futuro, su recuerdo seguirá siendo presente y un faro de ilusión para vivirla.

Mi poema, reza así:

Tu rostro vive en mi ya eternamente.
Eres un sol que alumbra mis recuerdos
y me devuelve a mis momentos cuerdos,
lejos de este delirio del presente,

tenaz, errante, triste y recurrente
que me hace verme con dos pies izquierdos,
perdido e incauto como tantos lerdos
abofeteados por un mundo demente

que a todos pisotea con urgencias
- ¿Qué puedo hacer si tú no estás?...: ¿Amarte! -
Sí. Te amo y nunca dejaré de hacerlo.
Nos has dejado huérfanos de ti

y un largo desfile de penitencias
te suple y nos recuerda que olvidarte
ha de ser un imposible, y saberlo,
me sigue recordándonos a ti.

- ¿Dónde estás? - Pregunto - Yo sigo aquí.
Tan triste y tan perdido...: ¡Pobre iluso!...
Pero, de tu ausencia y de tu recuerdo
ha de nacer la luz que guía incluso
esa añoranza y el sentirme cuerdo

y sereno y sabiendo cuánto debo
a tu amor nunca olvidado y tan vivo
que a tragos de vida aún me lo bebo
y al sentirlo, en ti me siento vivo

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ


Dedicado a mi amada y nunca olvidada Marta... Marta Blanch Falp... Siempre viva en mí.