miércoles, 8 de mayo de 2019

VÉRTIGO DE URGENCIA

Volvemos a los caligramas de recorrido y polares. El caligrama inicia el recorrido con la urgencia. Un monovolumen contiene en su chasis y en las huellas o rodadas el inicio del poema y el sentido simbólico, dado este, el poema, mi poema, completa la imagen y el poema iniciado como un pie de comentario que incide en esa sensación de asfixia de la sociedad global y en la necesidad y urgencia de huir hacia la sensación de Libertad allí donde se encuentre pero lejos de esta sociedad global histérica y crispada cada vez más inestable y capaz de abalanzarse sobre una hecatombe global sin pensárselo dos veces, cada vez más irracional e irreflexiva, olvidada ya de todas las lacras que han construido nuestra historia pasada y reciente como de dilapidar el mundo en el que vive hasta el cataclismo final.

El poema concluye:
Atado estoy al mundo en que respiro.
Quisiera huir de mí, vértigo de urgencia...
Cualquier lugar en paz sería mi destino...

HUIR
HUIR De MÍ MISMO...

Hélice que a rebanadas
corta el tiempo.
Volar quisiera hacia el espacio abierto,
poder vivir, soñar despierto.
Ruge el tambor,
                                          se aviva el miedo,
la ira es un volcán airado
que amenaza con vomitar
todo su fuego.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

El coche de la huida, sea coche, bicicleta, tren, caravana o monovolumen... es un símbolo recurrente en mi poesía de la sensación de asfixia que siento (como lo siente la humanidad consciente y reflexiva) ante mundo global salvaje, histérico e irreflexivo, que, amén de dilapidar el Planeta en el que vive con toda la Naturaleza y la propia humanidad deshumanizada como víctima de sí misma y del egoísmo global en manos de unos poderosos desquiciados, ambiciosos, despiadados, ultraegoistas, inconscientes, irreflexivos, irracionales e imprudentes, amén de violentos, locos, déspotas y tiranos que han olvidado el terrible pasado reciente y, por lo mismo, se encaminan (y nos encaminan) a repetirlo por un (ahí quítame esa pajas) sin pensar que más allá de su absurdo absoluto, bien podría ser definitivo...

El tiempo (hélice que a rebanadas...: reloj) apremia y corre eléctrico hacia el abismo (por la ira desatada que supone el volcán en erupción que amenaza con explosionar definitiva y cataclísmicamente)  mientras rugen los tambores de guerra y se aviva el miedo colectivo. Por eso quisiera huir a cualquier lugar en paz, en este mundo o en el que fuera del espacio abierto, aunque sepa que eso es completamente una utopía, porque, de darse el cataclismo real, dudo que nadie pueda escapar y tanto peor si los que escapan son los poderosos y locos deshumanizados que lo han provocado que son los mismos que comprometerían cualquier esperanza de futuro y los que seguro que volverían a repetir hasta el infinito sucesivos cataclismos allí donde fueren (y de hecho son los únicos que debieran indefectiblemente fenecer en el cataclismo que han provocado)

No hay comentarios: