No se olvida a un amigo, y eso es lo que me ocurre con mi estimado Anselm Cabús i Torra... El mismo día de conocer su muerte, el día mismo en que murió, el dolor parió un sincero poema, el que le precede publicado ayer, y acto seguido, un dibujo poemado... El dibujo improvisado de su imagen sugirió enseguida el poema que le acompaña sin conformar, en este caso un caligrama... No quise hollar su imagen a tinta, pero el poema surgió igualmente... Vaya primero la imagen... Mi dibujo improvisado de su rostro gesto...
Y anñadese el poema, mi poema, el mismo que la imagen me sugirió:
Tú, dueño del colo y de la luz;
a trazos, fuerza, expresión que late,
tinta viva sobre el papel que, mate,
dejaba el brillo a dardo de arcabuz.
Tú, dueño de la piedra, herida
a golpes, tallada, pulida y viva
hasta ser la imagen por ti concebida
dotada de la energía... Venus, diva...
Tú, dueño del hierro forjado, del fuego,
del martillo que lo doma y hace forma,
del carboncillo que esquía tu norma,
retratando rostro y enigmas de un ego
ajeno, dueño del retrato del instante
de la emoción intuida. De la sensación
al pincel, al cincel, al formón,
a la espátula desde el impactante
corazón que te define en tu latente arte...
Compartimos el anhelo de crear,
de dar vida a la sensación y al instante
y al plasmarlo, en ello recrearte;
supimos que, en tal plasmación, gozar
es inherente a hacer tuya su alma y vida,
que palpita en tu creación sin cesar,
que el manantial de la creación te devora
y marca tu impulso, tu razón y tu hora...
Por eso, tu obra nunca morirá.
Vive en tus lienzos, en la piedra labrada,
en el hierro retorcido que hablará
de cuanto empapó tu vida dorada.
En mi recuerdo y amistad, estamos
cada uno en nuestro cuadro, pintando,
sin tiempo ni espacio, siempre creando
el eterno latir de cuanto existe,
atrapándolo trazo a trazo, y lo vamos
haciendo existir, vivir tan triste
o alegre como lo sentimos,
haciéndolo así eterno e infinito...
Porque, eso es crear arte y así fuimos
conscientes de que el Arte es como un rito
cuyo altar es la materia que lo viste...:
piedra, papel, madera, hierro, arcilla,
yeso, lienzo... Todo lo dominaste,
le diste vida, sentiste, domaste.
Cada uno, llevaba de ti tu astilla,
tu trazo, sello, alma, latido...
y vivía como tú lo has vivido.
Compañero del alma, compañero...
Seguiremos eternamente así,
prolongando en nuestra obra lo vivido...
Compañero del alma, compañero---
No hay distancia entre Serradell o aquí...
En tus obras vivirás con latido
enérgico. Tu amistad y recuerdo
pervivirán mientras siga yo cuerdo...
Y jamás caerá tú en el olvido
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
Seguirás en mi memoria y en el hecho... Forjamos un Manifiesto de nuestro concepto de Arte en Oniriasis, plasmado en número 0... Las circunstancias han hecho que aún no salga a la luz, pero tu muerte acelerará el número y en tu honor, la revista de Arte nacerá definitivamente y continuará su vida aunque sea de tirada testimonial, pero seguirá... Te lo debo y así se hará ipso facto, aunque tenga que sufrir el contratiempo de este testimonio como el de tu triste partida al Parnaso de los Artistas... Pero existirá.
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
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