Sabrosura culinaria hasta su tinta y rebozado, pero si es gigante, un monstruo peligroso y voraz, este molusco cefalópodo marino, objeto de temores y mitologías marinas que se creyeron supersticiones hasta que se comprobó que existe el calamar gigante, que alcanza con frecuencia los siete u ocho metros y puede alcanzar hasta los 20 y que probabiliza la posibilidad de que las supuestas leyendas estén basadas en terribles realidades.
Pictocaligrama mío (mío diseño y el poema) dicotomiza, como los que colocan el poema completamente en las sombras exteriores al animal cuando, en este caso, como en los anteriormente mencionados, deja la imagen del animal exenta del poema y deja el poema en los efectos de las aguas salinas...
El poema, mi poema, reza así:
Al acecho, calamar,
tu presa escoges
y es, tu doble resorte,
difícil de zafar.
Mas, si te atacan,
tinta has de verter
y una nube brumosa
te protege
mientras huyes
a retropulsión.
dejando confundido
a tu enemigo o a tu rival
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
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