Caligrama de la serie Animales salvajea, este Dromedario V muestra claramente sus características, diseño mío claro para el dibujo, y claro poema mío en su interior en el sombreado del cuerpo de este animal y en su sombra en el suelo, actualmente domesticado en su totalidad y hábil para caravaneros y habitante de desiertos africanos, las Canarias y desiertos del próximo y medio oriente.
El caligrama muestra el final de un largo proceso creativo que abarca cinco poemas y dos diseños para llegar al resultado definitivo.
Volveremos sobre este proceso creativo de depuración hasta alcanzar el resultado deseado para el caligrama presente, pero, por lo que al presente respecta, el diseño muestra al animal exento de montura y sin más fondo que su propia sombra para remarcar el aspecto fantasmal de este animal concebido en la desmesura de luz del desierto, como una alucinación más, un espejismo sin nexo rodeado por la aridez del desierto a plena luz solar como si fuese el objeto de deseo para el tránsito por el mismo (y de hecho es así y así fue y ha sido durante miles de años para tuaregs caravaneros y pastores que transitan estas durísimas tierras infinitas donde la muerte acecha por la dureza extrema de su helador por ya durante una jornada, de extremo calor durante el día y frío por la noche, que explica la poca vegetación y la fauna exigua y especializada y superviviente que lo habita.
El poema, resultado de todo un proceso, ha pasado por ese carácter de rey del desierto, que también menciona junto con su dueño, y se ha centrado en el aspecto físico y caracterológico, dejando los otros aspectos y sus pormenores en el tránsito poemático (que también mostraré en siguientes muestras) y reza así:
Altiva la cabeza,
me miras con desprecio
desde lo alto
del curvo tobogán
al odre hinchado que es tu cuerpo
de huevo
cubierto de piel
y pelo
sobre el que se hinca
giba monte
para el trono de tu rey
sobre los altos remos,
2 a 2,
babor y estribor,
de tu galera en el desierto.
Columpio
que surca las dunas,
erguido al Sol tirano
y descansa echado con la Luna.
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
No hay comentarios:
Publicar un comentario