De nuevo una ilustración poemada de la serie dedicada al Tiempo de espera en las Salas de Radiología del ICO. En este caso con un juego de símbolos gráficos y de contraposiciones estético-gráficas...
El poema se inicia con el título, en mayúsculas, una circunferencia en mayúsculas, con doble significado, por una parte, la forma en que se componen significa una esfera de reloj que simboliza el Tiempo, el tiempo de espera que es perdido por el mucho que es en inactividad respecto a acciones de una vida normal y por otra, tiempo ganado a la enfermedad para la curación de la misma.
La circunferencia cierra un ciclo, también con doble sentido, pues es el Sol ardiente de la vida si sirve para la salvación, o la Luna nocturnal de la Muerte, si no sirviera para ello. Es por tanto la duda entre la Esperanza con motivos y el Pesimismo al que conduce la consciencia de la gravedad de lo que se tiene.
De ahí pasamos a la ilustración. Dos figuras sintéticas e imprecisas en rasgos para no definir identidades concretas sino genéricas. Una figura de mujer, sedente que se inscribe en el círculo o circunferencia de la esfera del reloj. Una mujer de edad (se denuncia en la espalda relativamente jorobada), que simboliza el tiempo de la espera y el sentimiento de cansancio y caducidad de los pacientes, y un hombre de pie y fuera del la espera sin edad concreta porque los pacientes pueden se de cualquier edad.
De ahí pasamos a l poema centrado en el Tiempo como un ente elástico que es percibido siempre a contracorriente, cuando lo necesitamos lento para degustar el momento, nos aparece como urgente, eléctrico y hiperdinámico y veloz, pero, en contraposición, cuando lo necesitamos rápido, se nos aparece insufriblemente lento y parsimonioso y es que la relatividad del Tiempo no está en él, sino en nuestra percepción instantánea y actual de él. La relatividad está en nosotros, en cuándo y cómo lo percibimos, no en en un Tiempo que es uniforme en su paso.
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
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