Mi ilustración sobre mi poema, perteneciente a la serie Paper, del poemario-Libro de Arte, Pedra, paper, tisores, que estoy confeccionando conjuntamente con la poetisa y pintora Cesca Calaf, se deja conducir por mi poema y coloca a la piedra en el papel ultraconservador de las religiones y muchas ideologías tomadas como base intolerante e intransigente de la cultura, la moral, la sociedad y el Arte, coartando la Libertad de expresión como cualquiera de ellas mismas (moral, cultura, Arte, Libertad de expresión, de pensamiento, de culto...) convirtiéndose en censoras y en secuestradoras también de la Justicia y la Ley, presentando dicha intolerancia en incontrovertible voluntad divina con capacidad para suplantar a este en el juicio a toda actitud que se considera tabú y transgresora de lo moralmente permitido hasta sus máximas consecuencias, con dependencia absoluta de las iglesias y del poder que la sustentan.
La piedra es aquí el útil, el instrumento de la intransigencia atávica contra la Cultura, el Arte, la Ciencia, la Moral y la Libertad de pensamiento y de expresión, representada aquí por el papel, el libro, que simboliza la Cultura y todo lo mencionado (Arte, Ciencia, Libertad de Expresión, Libertad de Pensamiento).
Pero la verdadera intransigencia no está en la piedra, que sería la Ley, que administra la Justicia y el Poder, sino en el hombre que la usa, el lapidador, el Juez, el Poder, el Ideólogo, Líder que usa la Ley, que la idea, la viste de contenido y de forma para prohibir y hasta matar, ajusticiar, quemar libros y personas...
Y la Cultura, el Arte, la Libertad, la Moral, la Sociedad... Sangra, herida de muerte y sufrimiento, porque sin la tolerancia, la Libertad, y hasta la Verdad y la Justicia, no pueden subsistir más que ocultas a la sociedad y a los individuos que la componen y que, por lo mismo, han sido privadas de ella,
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