sábado, 19 de agosto de 2017

AGOSTO, 17 DE 2017. BARCELONA (Crónica del Horror)

Cuando las palabras se bastan y las imágenes sobran, por macabras, el poema explicita mis sentimientos de barcelonés (ahora residente en Cubelles, pero nacido en Barcelona, donde viví cuarenta años), por el horrible y execrable atentado ocurrido en las Ramblas (e intentado repetir, como un diabólico eco en Cambrils) sin necesidad de caligramas. Con este poema, de igual nombre, quisiera expresar mis más sentidas condolencias a las víctimas, familiares y amigos de tan innominable barbarie:

AGOSTO, 17 DE 2017. BARCELONA
Crónica de un horror
I

Herida. Barcelona se conmueve.
La semilla del odio ha desatado
la macabra locura y con su dado
ha elegido las víctimas y mueve

los hilos del horror. La sangre llueve
y se arrastra y vuela y se ha encrespado
mientras ruge la Muerte y se ha cebado
de cuerpos rotos y gritos de nieve

helados de pavor, mientras mil sombras
de fantasmas huyen al laberinto
del Rabal con un asesino impío.

Allí, todos los males que te nombras
surgieron desde un terror variopinto
y convirtieron el dolor en río

MANUELMILLÁN CASCALLÓ



II

Un río humano recorría las Ramblas,
apacible bullicio, febril riada.
Eran casi las 5, perezosas,
y surgió la locura de la Nada,
atropellando los puestos de rosas
y las vidas inocentes
                                                    que a su paso hallaba.

La sinrazón y el odio iban de blanco
y de hierro riguroso...: - ¡Un espanto! -
Un frenesí de muerte no cesaba,
zigzagueando fiero, intransigente,
odio por odio y muerte por muerte...

Y huyó después, fantasma, al laberinto,
dejando tras de sí los cuerpos rotos,
un asesino feroz, convencido,
con su odio ya saciado y venenoso
esparcido en la rambla, sangre y llanto,
un reguero de muerte con su espanto...

A las cinco de la tarde ese redoble
de muerte desatado
quedó sobre la acera,
                                              sangre noble
que el horror nos había arrebatado.
Ese rastro terrible de una fiera,
guiñapos retorcidos sobre el suelo,
frutos de un huracán de fuego y hielo
que huía por las calles,
                                       odio enfermo,
semilla de ponzoñas infernales...

Y Barcelona se hizo grito y llanto
desbordada de dolor desesperado.
Ese redoble de Muerte era miedo,
pánico, desconcierto...:
La ciudad conoció la faz del Diablo
y atónita reconoció
que su rostro era humano
y que como un diablo humano, huyó...

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

Esperando que jamás se repitan actos como este en parte alguna y que nunca fructifique la semilla del odio, o que, al menos, esta no se extienda como un reguero de pólvora; plantaré una rosa blanca de paz y tolerancia con las espinas del perdón que no el olvido y la esperanza de que la barbarie apague el fuego de la ira con sus brasas de furor y de ignominia...

Yo tampoco tengo miedo ni odio a lo distinto. Amo la libertad, la paz, la tolerancia y la libertad y nadie me cambiará ni cambiará el mundo que defiende que siempre fue mejor amar y perdonar que odiar, reprimir, ocultar y censurar...

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ



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