A las víctimas de estos bárbaros atentados como a las víctimas de otros atentados de similares características, vaya esta rosa blanca, un pictocaligrama cuyo diseño y poema, míos, vienen a desear, más allá de mis condolencias y todo mi emocionado afecto a las víctimas, familiares de las víctimas y amigos, un deseo sincero de paz, tolerancia con la esperanza de que la razón se imponga a la barbarie y se defienda la libertad de pensamiento, sentimiento, expresión e ideología y la tolerancia y respeto al distinto y al singular...
La rosa blanca de inocencia para los inocentes y puros, como las víctimas de esta sinrazón, ya es un símbolo en sí mismo de lo que expongo y vaya con ella todo mi afecto, y a él se suma el poema que condensa símbolo y sentimiento:
Si de vuestra sangre inocente
algo ha de surgir
que sea perenne,
que sea el puro elixir blanco de la paz
y la belleza...
Una rosa de amor que no marchite,
con un perfume embriagador
que a la tolerancia incite
y que no olvide
que la sangre de la Muerte
y de la herida
es también la de la Vida,
y que esta, por serlo, es la más fuerte,
la Rosa del Amor, la de la Paz,
que nunca olvida
y que es, de Barcelona, su verdadera faz
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
Y como bien reza el poema, que nunca se borre la memoria de las víctimas inocentes de esta ignominia...
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ