El caligrama representa el fruto como símbolo bíblico que atrajo sobre Adán y Eva, la tentación sobre los placeres sensitivos y como la fruta que lanzó la diosa Discordia en el Olimpo y que provocó, el juicio de Paris, el rapto de Helena y la Guerra de Troya recogida por Homero y la tradición clásica griega, para adentrarse en el sabor, en el placer gustativo para representar simbólicamente los placeres prohibido, la evocación sensitiva y los placeres sencillos y asequibles.
El caligrama recoge un soneto cuya primera estrofa conforma el contorno de la fruta para descender, de forma envolvente y de arriba a abajo y que dice así:
El caligrama recoge un soneto cuya primera estrofa conforma el contorno de la fruta para descender, de forma envolvente y de arriba a abajo y que dice así:
Tú eres fruto sensual, dulce nutriente.
¡Por algo te escogió el demonio, artero,
para ser tentación, síndrome fiero,
cuando tomó la forma de serpiente!
Y fuiste Discordia de diosas, patente,
la furia que arrasó Troya, puchero
de las iras de griegos, pueblo entero,
que clamó por Helena, tristemente.
Ese bocado dulce y prolongado,
que será también ácido y sensible,
jugo de lo sabroso y exquisito,
que en la boca será bien saboreado.
Un placer para todos asequible
que la tierra nos da en árbol bendito
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
¡Por algo te escogió el demonio, artero,
para ser tentación, síndrome fiero,
cuando tomó la forma de serpiente!
Y fuiste Discordia de diosas, patente,
la furia que arrasó Troya, puchero
de las iras de griegos, pueblo entero,
que clamó por Helena, tristemente.
Ese bocado dulce y prolongado,
que será también ácido y sensible,
jugo de lo sabroso y exquisito,
que en la boca será bien saboreado.
Un placer para todos asequible
que la tierra nos da en árbol bendito
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
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