Caligrama local en el que mi caligrama (diseño y parte de poema) inicia el poema, mi poema, para seguir en versos tradicionales, también míos.
Es un alegato contra la pena de muerte y contra los ajusticiamientos, reclamando a la Justicia, no la suspensión de un castigo justo y merecido, sino un castigo proporcional en tiempo de prisión, o si interviene la demencia, en un centro psiquiátrico.
La imagen del ahorcado como el poema son claros y meridianos en lo que dicen y ello sin mediar el simbolismo y el lirismo crítico del poema...:
Y mi poema reza así (comenzando por el ahorcado):
AHORCADO pende el muñeco de su soga,
péndulo morboso y funesto el del ahorcado.
Como fruta madura
y podrida,
ha madurado sin cura
y abandonado su vida.
El arco siniestro en vaivén
apunta al suelo insistente...
Quiere fundirse con él,
el cuerpo, ahora pendiente,
descansar de su papel...
Y la mente ya se ha huido
y mira el cuerpo dormido
en su arco de vaivén...
Mira con el gesto torcido,
aún no olvida quién es quién...
Mira con espanto el gentío...
Ahora son más monstruos que él
disfrutando de este circo cruel
como si fuera una fiesta del frío.
No hay espectáculo más triste y dantesco
que el del ajusticiamiento.
En donde la Justicia humana,
se equipara al asesino...
El mismo crimen los hermana.
La Justicia no es Justicia...
Se ha convertido en venganza.
Así se muestra como el hombre...
Humana hasta las raíces.
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
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