Ahora sí, con la imagen de perfil de un tiburón, un caligrama en toda regla, como el anterior, este de la serie de animales, fauna salvaje, con imagen y poema míos y evidentes...
Centrado en el escualo en general, sin buscar una especie específica, imagen y poema se centran en aquello que es común a la imagen de estos peces elasmobranquios.
El poema, mi poema, excede del perfil del tiburón para dejar los últimos versos fuera de él, en el imagen del agua marina y sus turbulencias interiores, pero el poema desarrolla y retrata esa características que los tipifican y lo hacen reconocible, y reza así:
Si la aerodinámica nombre tuviese
para ser veloz en la mar oceánica,
esa perfección marina tan selecta,
sin duda, el tiburón es quien la tiene
y es antiguo el diseño y quién lo mueve.
Carnívora y letal, la feroz fiera,
un torpedo que ataca sin sirena,
el tiburón es, sin duda, quien puede
mostrar ese título y el cetro
entre los peces, y el que da más respeto
sino miedo. Eficaz y efectivo,
este elasmobranquio es bien conocido,
con su aleta puñal en la espalda,
la cola hendida, cinco branquias marcadas,
su impresionante dentadura letal
y su cuerpo de huso, elástico y brutal
y, sin embargo, bello
como perfecto diseño
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
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