Apunte de mi época juvenil de carácter surrealista. La Mujer todo tacto es un cuerpo todo dedos observado por un Sol ocular. Una maraña de dedos sin visión que yace fuera de sí misma, observada, deseada, nunca tenida ni correspondiente a quien la mira, danza ante él como visión hipnótica que jamás poseerá.
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
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