Mi último caligrama, un pictocaligrama, pertenece a la serie Estación de la esperanza. La imagen de dos jóvenes amantes besándose apasionadamente en el andén de la estación juega con la simbología, con la ambigüedad y con la necesidad de, imprescindiblemente, fijarse en los detalles y en el poema.
Una perspectiva clara, con el tren a la derecha de los amantes que deja el atisbo de la población al fondo y a la derecha, las vías, al fondo, alejándose de la estación hacia la infinito y la maraña de cables eléctricos.
De que son dos jóvenes enamorados no hay duda y el amor es el claro símbolo vital del apasionamiento como motor de nuestras vidas, que cifrado en los jóvenes amantes añade a tal perspectiva la de la esperanza de una convergencia en una futura vida en común con el amor como motor vital. La simbología es clara a ese respecto y por ello los amantes abandonados a su pasión, ocupan el centro de la imagen como también el amor es, el eje común de sus vidas en ese nosotros que funde el espacio en el mutuo y elimina en el mismo el Tiempo y lo eterniza en el amor mismo, desembaranzándose de otro entorno y el tiempo contemporáneo, cifrado en el tren parado que espera comenzar prontamente su marcha hacia un destino de esperanza para quienes viajen en el convoy... Así es, el beso apasionado niega otra visión que la del ser amado y otro tiempo que el del amor representado en el beso apasionado...
El juego entre la ambigüedad y la concreción es compartido por imagen y poema. Los amantes se besan, pero... ¿es una despedida, un recibimiento o un beso previo al común viaje?... La ambigüedad de la imagen surge de los elementos componentes y de la equiparación de resultados en cualquiera de las tres opciones porque la pasión amorosa del ardiente enamoramiento haría actuar a los amantes de la misma manera en cualquier de las tres situaciones?... La ambigüedad es premeditada y busca esa equiparación deliberadamente en la subjetividad de la primera impresión para dejar que la mente reflexione y deduzca objetivamente la situación a partir de los detalles que nos dan la concreción...
La imagen nos muestra un cielo claro en el que las farolas no están encendidas... No es la noche ni la madrugada ni el anochecer... No ha casi gente en en el andén... por lo que no es una hora punta precisamente... y la claridad y ausencia de nubes es clara...: mañana o mediodía y la manga corta sugiere finales de primavera, verano o principios de otoño... Solo se ven tres personas y tan solo en las que están en primer plano podría pensarse que pudieran ser una pareja, sin que pueda solucionarse el dilema. La mujer de espaldas va en la misma dirección que el hombre y va adelantada respecto a él. La mirada hacia atrás y hacia su derecha y probablemente hacia abajo nos dejan la incógnita de si va acompañado de alguien... ¿un niño para nosotros invisible, una maleta, alguien que le llama?... pero mira en la dirección del tren... El otro hombre, va solo, pero se encamina a subir en el tren... Si ha bajado alguien del tren, ya ha salido del andén o ha bajado o baja por el otro lado al andén donde está el edificio de la estación... En todo caso, el tren no está en el momento inmediato de llegada a la estación...
Los pasajeros que acompañan a la pareja y el andén escogido, no el principal, sugieren que todos los pasajeros se proponen subir al tren... la pareja de amantes o uno de ellos, también... No es pues un recibimiento...
Ambos amantes llevan mochila, pero ella lleva un maletín, cartera en bandolera y solo hay una maleta, que está más próximo a ella... de esta manera, los detalles de la imagen sugieren que es ella la que se va y él quien la despide ya que, si no hay despedida ni recibimiento podrían estar ya dentro del convoy... pero quizás la hora de partida no es inmediata y la pareja puede apurar el tiempo de despedida de ambos de la estación...
Lo dicho, la ambigüedad de la imagen es provocada, no dejando cerrada en la imagen ninguna de las tres posibilidades.
El poema, mi poema, es inequívocamente preciso en detallar sensaciones evocativas y en aclarar que ell es quien se va y él quien la despide como arma para demostrar que una imagen no siempre vale más que mil palabras y que esas palabras son imprescindibles para aclarar la imagen... También es intencional, una forma de decir que la palabra nunca es prescindible, y menos para hacer declaraciones de intenciones, sensaciones evocadas, reflexiones y formas de pensar...
Así reza el poema componente:
Tren
Convoy de fondo... parado...
Jóvenes enamorados en el andén
¡Besándose!...
¡Besándose!...
El Mundo es un espacio borrado,
el Tiempo mismo se ha anulado...
Fundidos, los amantes, abrazados,
han reventado los candados...
Ella se va... Se irá... aunque no quiera.
Desbocado,
el amor no tiene espera
ni sabe hablar de costado...
De frente... escancia su sabroso vino.
La llama arde con puñal fueguino.
Repta la lengua húmeda en el ser amado.
La distancia es un enemigo insaciable
que el amor no ha de dejar que hable...
ni su embrujo mentiroso y asesino...
¡Siempre y Todo!
¡Nunca y Nada!
¡Te irás pero te irás conmigo!...
¡Te irás pero te quedarás aquí!...
¡Di que me quieres, di!...
¡Y que mi pasión no se perderá contigo
lejos de nuestro mundo y de ti!.
Como la hiedra, me fundiré a tu torso
reptando por tu piel,
devorando tu mente,
dueño de tu memoria fiel.
Tu perfume, tu rostro, tu calor... simiente...
el tacto de tu cuerpo sinuoso
reptaré como serpiente...:
Conmigo quedará tu poso
en tu mochila, en tu maleta,
en tu bolso... que este beso
no acabe nunca y suba contigo al tren...
en el tránsito a tu destino, asceta
que contempla la belleza sin peso
en el extasiado vaivén
del tránsito a tu destino
y quede contigo en él.
Te esperaré siempre, Amor sin fin,
que eres mi sustento,
mi maná, mi pastelito de miel
y la esencia de mi aliento...
Rodeados de tu equipaje,
fundidos en este beso apasionado,
este ha de ser mi adiós, emocionado...:
¡QuE tengas buen viaje, amor!...
te deseo desconsolado...
AMOR,
AMOR...
¡Que tengas buen viaje!...
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
El poema no solo acalara que es ella quien se va sino también que lo hace por largo tiempo... dejando otras puertas abiertas...: Se va a vivir a otro lugar o vuelve donde vive habitualmente... Se va de vacaciones... Acaban las vacaciones y es la despedida de un amor de verano...
La poesía sugiere, rellena tú el guión inacabado...
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ