La imagen del pictograma caligramático muestra claramente mi fusión en la oniriasis con el surrealismo... Un paisaje desolado surgido directamente de los mundos subconscientes y delirantes que subyacen alimentados por la imaginación que hierve en la soledad habitándola de monstruos que nos son más que recovecos de mí mismo y mis obsesiones y mis pasiones, mis horrores y mis recovecos insondables y atormentados.
La imagen de mi pictograma caligramático esconde el inicio del poema que lo construye camuflado en las sombras y en los pliegos volumétricos y convierte la imagen en una imagen poemado cuando el poema continúa describiendo líricamente la imagen en un lenguaje tan surrealista como la propia la propia imagen... Así revela como la soledad, mi soledad trenza los delirios de imaginación llenándola de espacios intrigantes y monstruos frankensteins de la fusión de mis obsesiones oníricas...
Así reza el poema que primero la acompaña y definitivamente la describe directamente salida de las sugerencias de la imagen hasta reconstruir su propia historia:
No olvides que la soledad crea monstruos,
inventa espacios, teje fantasmas...
La soledad es donde habitan,
descorchados de orificios
y eres más tú mismo.
Enhebrada mujer mascarón de proa
se empina retorcida de dedos cruzados
en un Dalí vacío de bigotes de toro
entre un Marte de Samoa
y de labios de hipnosis en torso sin decoro
con su pétreo hijo de los denostados
sueños del pasado en el infinito,
obsesión eléctrica del tótem proscrito
y crece como un desierto de otros mundos,
elástico trenzar de mi imaginación
donde solo convivo conmigo
y transitan a pares astronautas del corazón,
vagabundos
y mendigos ,
deambulando por esta inmensa prisión
hecha de abismo
y de miasmas...
Monstruos que no dejan resquicios
de los recuerdos que marchitan...
MONSTRUOS AL FIN...: MIS MONSTRUOS
en este espacio de delirio sin fin...
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
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