lunes, 23 de julio de 2018

VÉRTIGO, DESDE EL INCENDIO ASOMAS

Desconocido es el rincón remoto que pulsa el vértigo del temor, del terror y la vida cuando enciende su huracán tozudo... hendido en tu piel, la herida profundiza y surge un torrente cristalino y vinoso... Dientes, sierras, púas, cuchillos en vendaval en la hélice berbiquí del delirio donde convergen el delirio y la furia, el martillo irracional que nos clava en la mente la jeringuilla y su veneno de odio y de ira latente desde nuestro yo animal... Como la llama, la furia tiene el magnetismo, la hipnosis que enlaza con los abismos insondables de nuestro subconsciente y emana como un huracán hasta que intangible difumina la hambre... Y surge, así, de improviso, como una náusea con su vómito hasta que se escupe completo...

El hecho es que todos lo hemos tenido y sentido alguna vez aunque sea por un instante diluido después por la conciencia y la consciencia... Existe ese monstruo en todos como en gen que nos ancla a nuestro origen... El que no sea una habitualidad en mí no implica que no lo conozca porque anida en todos y cuando existe y emerge, puede ser imparable...

El juego de símbolo del caligrama en su imagen surge de la furia animal y cae al abismo donde víctima y asesino puede coincidir en el vértigo y en el delirio y el delirio con su cuchillo tozudo, lo asesina todo en ese sinuoso recorrido que puede conocer la Muerte... El recorrido del poema que nace en la imagen y recorre su tobogán de símbolos acaba en el río de palabras hasta reconocerse asesino...

Yo no lo soy, no lo he sido nunca, pero cualquiera puede serlo en el huracán furibundo de la ira porque es irracionalidad pura...

Así reza el poema que lo compone:

Surgen dientes del terror.
Ya la ira cunde irracional y tozuda
y cae al abismo.
Víctima estás 
de tu enigma
Matando estás
tiempo maldito...
Y silencio
de algún enigma
proscrito...

Emergen las sombras del delirio.
Tercamente te hincas en la carne
buscando el origen.
Carne herida,
el dolor te busca...
convulsivamente
sangre, vino tinto...
Tu alma exige el sacrificio
y el sueño profundo
que vuelve a su principio...
La sima del tiempo,
el péndulo de un reloj,
tozudo.
El arco de la duda traza, 
mientras corta el nudo
de la duda;
el cuello se quebranta
y naces a la Muerte,
ser tangible,
que del músculo hace piedra

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

Y la Muerte adquiere su dimensión real al convertirse en piedra muda de olvido, sepultado en la tierra, cada vez más cubierto, cada vez más olvido en la lejanía del tiempo.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

domingo, 15 de julio de 2018

SIGUIENDO EL INSTINTO

Los humanos como los mamíferos, seguimos el instinto. Como los machos cabríos del íbice o cabra montés, a testarazos de instinto genético resolvemos los asuntos a todo o nada. Los seres humanos no hemos avanzado nada en este asunto y no es cuestión de machos o hembras, es más radical, más genérico y animal: establecer nuestro territorio y nuestro dominio y que todo cuanto existe en él es de quien lo domina, como un rey que solo espera ser desterrado por su equivalente. Está en la testosterona como está en el carnet de identidad de todos los seres vivos terrestres y por más postizos y añadidos racionales que subrepongamos, por más diálogos sesudos, por más tolerancias con que limemos asperezas y aceptemos al díscolo y al distinto y al otro y al rival, puestos en el atavismo de la histeria, seguimos el instinto aunque de él resulte nuestra perdición.

Si lo hacen las personas, no lo harán también los líderes, las poblaciones vecinas, las ciudades rivales, las comarcas, las provincias, las autonomías, los países, los estados, los continentes y los bloques... No es una bandera, una religión, un club deportivo, una ideología... la testosterona que precisamos los humanos para justificar la berrea que dictamine la razón a envites y embestidas para resolver de quién es el territorio, de quien el rebaño sumiso que es el pueblo. No son las luchas tribales de partidos y líderes una forma de berrea y las banderas la testosterona que excede al diálogo para convertir la victoria en humillación ajena... Realmente creemos que somos tan racionales como para creernos que, en alguna lid, la racionalidad supera a la irracionalidad que nos aboca al enfrentamiento fraticida... 

¿Qué creemos que es el considerar al forastero como un intruso en nuestro territorio?. ¿qué creemos que hay detrás del racismo, la xenofobia, el sexismo, el machismo, la homofobia, el clasismo... y todas las fobias aunque sea del Barça con el Real Madrid y viceversa, o del Barça con el Español, y viceversa, o de Tarragona con Reus... o...?...: Rivalidad... No, odio, testosterona, y hasta envidia... que nada tiene de sana y sí de resquicio atávico de nuestra instintiva defensa de la territorialidad más allá del amor al terruño y hasta a la propiedad... pura aversión del otro y del distinto... Será humano, pero irracional, intolerancia pura que dictamina que nos llamaremos humanos pero la gran mayoría no ha alcanzado ni de lejos este estatus que practica la tolerancia como normalidad absoluta e idiosincrásica...

De eso va este pictocaligrama que nos presenta la atávida lucha de dos machos cabríos en su época de celo. De eso va mi pictocaligrama tanto en la imagen que he diseñado con el poema, mi poema, que lo integra adaptándose a los perfiles y las sombras de los seres que simbólicamente nos representan: los machos en celo. Y para muestra clara de ello, así es el poema que lo integra:

Todos su empeño a todo o nada, insisten...
La tierra y el rebaño, el tiempo incluso.
No podía eso quedar inconcluso.
Cuestión de honor es como lo revisten

y el pueblo en manos de quienes se embisten,
del vencedor será siempre recluso
y al grupo no entrará ningún intruso...
Fuera quedarán quienes se resisten

a seguir los cantos de las sirenas
del celo colectivo y su locura.
Los gallos que pierdan, serán proscritos,

los perdedores solo tendrán penas.
Cumplen la ley más antigua y oscura
y cada año acuden a cumplir sus ritos

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

viernes, 6 de julio de 2018

SUEÑO ICEBERG

Como una predicción, te sueño, anclado en la nada y sin nexos, asomas por mi ventana como una ensoñación, un Frankenstein con trozos de lo factible que conozco, pero en la concreción, no existes por mucho que te enredes de palabras de mis versos esparcidos por tejados y muros de las casas y grabes el marco de la ventana y la pared que lo aprisiona y hasta los flecos de las nubes aborregadas. Te pareces a mil pueblos o al pueblo que yo habito y hasta conservas retazos y recovecos de él, pero no eres este ni ninguno en concreto sino uno de esos pueblos donde habitan las gentes encarceladas en su casas y las calles, que no existen, deshabitadas hasta de las sombras y fantasmas humanos que acribillan el presente de pasado y amueblan el futuro de la nada de antaño. Sus gentes, nacieron muertas y la única carretera que se acerca a los edificios, muere en el precipicio infinito del horizonte.

Hasta la nube es un fantasma inmenso de algodón impenetrable y quien lo habita es un ser sin rostro, ni cuerpo ni sombra.

Caligrama, poema y comentario de MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

jueves, 5 de julio de 2018

PORQUE ASÍ SOY

PORQUE ASÍ SOY, como buen latino mediterráneo, indómito, iluso, soñador, ingenuo, batallador defensor de las causas perdidas, tesonero y terco denunciante de las injusticias y las causas perdidas. Así, me sintetizo sin levantar una línea del trazo, Quijote de la justicia y Sancho de los placeres terrenales. Porque así soy, así me reconozco y dejo que mis versos se enreden en las líneas de la vida y del ahora como sombras que anidan presas de la cárcel rutinaria que nos agota y nos ata a la monotonía cotidiana... Me queda la palabra y la denuncia par protestar de todo y de todos aquellos que lo merecen aunque sé que solo soy una gota en el mar, en la mar océana. Pero al menos soy yo, puedo ser yo, libre de ataduras...

Búscame de palabras en los recovecos de mi yo reivindicativo. No es que me sueñe así, es que soy así,Quijote iluso contra los poderosos molinos del ahora y del siempre del Sistema que sabe de un futuro sin futuro... Una y otra vez cabalgando contra gigantes y monstruos invencibles, Briareos disfrazados de bienes comunes mentirosos que solo atienden al zurrón de los poderosos... Quijote y Sancho toparon con la Iglesia, yo, con la Realidad de un mundo corrupto, mentiroso, inhumano, insolidario, feroz, violento, inhóspito, desarraigado, ambicioso, egoísta e imposible que camina a su destrucción, a su autodestrucción y a su extinción merecida y ganada a pulso... Seguiré siendo Quijote iluso, soñador, vehemente, sincero, sentido y veraz porque no quiero ser otra cosa, loco pero auténtico.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ