domingo, 4 de febrero de 2018

VÉRTIGO. PREMONICIÓN

VÉRTIGO. PREMONICIÓN
Manuel Millán Cascalló

Allí donde se aboca el precipicio a la Nada y el cielo muestra ventanas imposibles a la esperanza, cerrada a su futuro nebuloso, un sol de sangre y fuego alumbra el desierto programado donde ya no se impida a la palabra del poder del poderoso ser único altavoz de su ave siniestra y el dedo dictador, bandera y patria, religión de furibundos cristianos talibanes, eterno, imponga, a su capricho, voluntad y mentiras y el horror sea cotidiano fantasma en un mundo de autómatas lacayos donde mi libertad petrificada yazga en su marmóreo mausoleo mientras se agita el péndulo tirano, dictando a voluntad sobre su tierra engañada y encadenada a su capricho tomará cuerpo y verdad esta imagen premonitoria:


DEDO DICTADOR

Tú, autoritario dictador, dictas
señalando, acusador, los penados
de tu ley y tu poder. Señalados
de tu índice inapelable, invictas

obligaciones por demás estrictas.
Y tras el dedo, el rayo, ya implicados
quedan estos, por el orden, marcados,
asignados al deber que les dictas...

Por algo, de dictador y tirano
se reconoce tu gesto tenaz
e imperativo siempre contumaz...

Ese dedo dictador de tu mano,
ese dedo fulminante y tu rayo,
convierten al señalado en lacayo.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

Antítesis será de tu rostro de airado perro descerebrado cuyo delirio poblará el desierto de obedientes lacayos, mudos a la Libertad, sordos a la Barbarie y la Injusticia y sellados en la lápida del mausoleo, mis miedos dictarán mis últimas palabras libres antes del vértigo caníbal de tu furia xenófoba surgida del recóndito pozo de tus poros, como cráteres siniestros...: Sangre, sudor y lágrimas (Blood, sweat & tears) labrado en un poema...:

TESTIMONIO ÚLTIMO

Cuando de brumas te amparas, furtiva,
ojos que no ven, celada o delito,
el misterio te acompaña, mosquito,
la duda te acecha y queda cautiva

la conciencia, la sospecha se aviva
de aguijones de un ejército proscrito.
El dolor se expande, haciéndose grito
mientras la herida late combativa.

En el retrovisor de lo vivido
acucian fantasmas que te persiguen
aunque lo niegue el dedo parabrisas.

Los buitres acechan, plantan su nido.
Su sombra acusadora ves: ¡Te siguen!...
Y conoces del terror ya sus premisas...

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

Inútil testimonio para sordos... Ciegos también están millonarios acólitos que creen que de la sangre contraria surgirá un edén de lujuria todo placer de ángeles delirio...

Y fuese del vaivén, el magma de dolor, semen de muerte, infección letal, martirio... Millonario bosque postrero de futuros esqueletos, antes cuerpos retorcidos, músculos deshilvanados, cuerpos a jirones, vísceras que hieden en su tránsito al polvo definitiva desde el corrupto crepúsculo de carroño presente...

Se extiende desde entonces un árido desierto, reino de los chacales, las hienas y los buitres, en donde se plantan sus nidos entre gritos siniestros y sarcásticas risas los verdugos mentirosos y araneros de los edenes perdidos y las carnes purulentas de los corruptos...

Siquiera quedan ya blancos huesos marfileños de esqueletos esparcidos sino un índice coronel de mano-rostro de pájaro loco con su penacho altivo ya dedo de carne y piel y uña, falange, falangina, falangeta cubierta de carne de lobo humano y un silencio de palabras cercenadas... La única verdad de gran mentira no tendrá negación ni crítica en esta soledad infinita de ultratumba donde hasta sangra el sol por su rostro fatigado en la sin esperanza del sin futuro.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

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