Formando parte de la primera serie de caligramas dedicadas a las Venus o Madonnas Paleolíticas que se muestran en el poemario Mundo, demonio y carne, y perteneciendo a Mundo, dentro de su parte En el origen, dedicada a la hominización en el que evoca el proceso evolutivo de la especie humana, tanto física, como cultural, como económica y tecnológicamente, las Venus, como muestra del arte mueble del Paleolítico Superior, esta Venus forma parte de un conjunto de cinco, siendo la primera de la serie, y en ella, en cada Venus, como en ésta concreta, se glosa su sentido, su relación idiosincrática con la Tierra y su equiparación con la Diosa Madre, que no dejaba de ser la Tierra misma y con ella, la fertilidad, la propiciación de la misma para la perpetuación de la especie y de todas aquellas que sustentaban la economía alimentaria y el clan en sí mismo sin olvidar su sentido estilístico de la belleza.
Claramente un caligrama, el poema que la compone reza así:
Dijiste evolución...
¿Quién lo sabía?...
De volúmenes sensuales
creaste tu motor
de estilizada poesía...
La Madre Tierra,
la Madre Hembra
de los hombres
y todos los animales.
Tus formas
fruto son
de la obsesión.
Madre fértil,
Vida fértil,
Madre divina.
Tenerte viva
era su misión.
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
No hay comentarios:
Publicar un comentario