viernes, 22 de enero de 2010

EN LA ESPERA

El caligrama se inscribe dentro de la misma línea temática que otros de la misma serie en la que los objetos, la ropa, los muebles asumen un papel humano y transplantan los sentimientos y sensaciones que el objeto sugiere. Como si estos tuviesen vida propia y transmiten sus propias vivencias. El poema reza así:

Ahorcado estás:
El fruto del olvido
contra el muro.
La espera de tu tacto,
tiempo mecido
que vive en el país
del claroscuro.
Cumplido el pacto,
acabará feliz,
cuando te tenga
y seas uno, dueño
y prenda, amantes
de tu sueño,
fundidos como guantes

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

En la soledad del aula escolar, ahorcado en su perchero, el anorak espera la llegada de su dueño como la amada que espera a su amado para fundirse en un universo mútuo y único propio de los seres que se aman y no pueden, por ello, separarse de su amado.

De nuevo gira sobre la soledad del hombre ante el mundo, ante la sociedad que lo rodea y transmite alos objetos de su entorno la misma soledad, la misma sensación de abandono que el ser humano sufre en la multitudinaria, inhumana y despiadada jungla del asfalto que es el denominador común de la sociedad de consumo que nos devora y nos consume


domingo, 17 de enero de 2010

MANIQUÍ

Volviendo sobre los pictogramas caligramáticos, Maniquí va más allá del puro caligrama, atrapado en el propio maniquí, para fundirse con el dibujo que lo atrapa: La sala, el comedor-cocina americana, la puerta de entrada a la casa... El dibijo es dibujo, el caligrama, caligrama, y la fusión de ambos da el contexto para el poema. El maniquí es la soledad del hombre ante el mundo que le rodea, el guardián de sí mismo que magnifica la soledad ante el mundo que le atrapa. El maniquí es el el hombre, es todos los hombres, cautivos de sí mismo y de su propia realidad. Mi poema, atrapado en el maniquí, reza así:


MANIQUÍ
Sin dueño.
Solitaria chaqueta
sobre un esqueleto habita;
columna de madera esbelta
y el cuerpo, firme empeño,
perfecta la figura cita
cual escultura escueta:
tórax, abdomen, cuello,
como último destello...
La cabeza perdió en alguna batalla
y huella de su ignota cizalla
creció una enana pesadilla
ya opaca sedición probeta
con aire de bombilla.
Como un soldado guardián
espera, vigilante, en su garita
invisible a un enemigo invento
allí donde los sueños están
trenzando alguna maldita
versión de fantasmas sin cuento
que nunca existieron
ni nunca existirán,
pues jamás fueron
y nunca serán.
Impasible severo,
espera su relevo,
impertérrito, firme, sincero,
como un propósito nuevo
de defender su bastión
allí donde lo ponga su dueño,
fruncido su invisible ceño
con su ilusorio espadón
dispuesto a la pelea
que trame la sinrazón
a su pálida librea
de adusto fantasmón

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ



jueves, 14 de enero de 2010

PUPITRE (EN LA SOLEDAD, AÑORO MI BULLICIO)

Un híbrido a medio camino entre el caligrama y el pictograma caligramático, en el que el pupitre de un estudiante, en soledad, añora el bullicio de su función, el tacto de los estudiantes que lo ocupan, de los libros o libretas que se posan en su lomo, el aguijoneo del bolígrafo en su piel, el movimiento de las clases a las que está acostumbrado como si fuese un ente vivo y sensible. De alguna manera, el poeta, el profesor, el alumno que fue, traspasa sus sentimientos, evoca sus sensaciones al mueble escolar.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

martes, 5 de enero de 2010

EN UN ÁSPERO MUNDO

En un áspero mundo es un caligrama de recorrido en donde varios caligramas parciales se insertan en un poema ocupando, en este caso, la parte medial. El poema presenta al mundo como un cementerio en donde los caligramas componen las lápidas y cruces del mismo. A modo de epitafio, el poema que los encuadra, presenta y cierra, a modo de epitafio el campo de cruces que simbolizan el mundo en que vivimos y que son representados por el encadenado de crucigramas.
El caligrama forma parte de mi poemario Arrastrando mi vida. Tiene un sentido dramático y ácido, triste en su simbolismo de representar al Mundo actual como un mundo inhóspito, caduco e inhumano que se destroza y devora a sí mismo y se encamina hacia su propia destrucción. En este sentido, el sentido de autodestrucción del mundo es el reflejo de mi propia autodestrucción. como un poema de denuncia de la soledad del hombre, de su impotencia, de su hastío ante una propia vida vivida en el quicio de la asfixia, en un mundo sin futuro que sobrevive sordo a su dolor y movido por la inercia de la ambición del instante. El caligrama se lee de una forma natural, de arriba a abajo y de izquierda a derecha y su lectura es sencilla. El poema reza así:

En un áspero mundo
poblado de cruces
palpita un grito de desolación.
Muerte es,
retrato del futuro.
Vida, una incógnita
más deseo que certeza:
una quimera
donde no existe
la Libertad.
¿Dónde quedaron las ideas?...:
En este cementerio de cemento...
¡Quiza nunca existieron
donde habita el frío:
Ciudad, un muro...
Un áspero mundo
donde el estruendo
es el vacío inmenso
del vacío
con el que venimos
coexistiendo
desde que nacimos.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ