Exprimen los relojes el molino
y escupe el zumo de mis pensamientos
y gritos desde todos mis tormentos
que en el altar del progreso asesino
llenan el cáliz de ese tinto vino
que extracto de mis experimentos.
Dolores y placeres incruentos,
los viajes que fabrica mi destino,
de instantes del azar entretejidos,
todos forzados para ser vividos,
todos vividos para ser soñados,
murieron al nacer, desvencijados,
pisoteados en el mismo instante
en que nacieron cual fruto oscilante
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ, 2006
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