De nuevo solo ilustración, mi dibujo pertenece, como el anterior, a la serie de ilustraciones dedicadas a Cubelles y, en concreto, a la Casa Travé y, dentro de ella, a la importante colección de estatuas de imitación clásica, renacentista y neoclásica de la mansión, y, en este caso, a las que aparecen en el jardín renacentista y neoclásico que forma parte de esta casa palacio suntuosa y espectacular.
No es un caligrama, por lo que no le acompaña poema ninguno.
La imagen muestra, la imagen de un delfín siguiendo los diseños clásicos (griegos y romanos), muestra el conocimiento poco científico y sustentado por el simbolismo mitológico que imperaba en la época y, por lo mismo, el delfín era visto como un gran pez monstruoso y grotesco y no como un mamífero cetáceo odontoceto poco reconocible a nuestros conocimientos actuales al respecto de este animal básicamente marino (porque, sí, existen, en el Amazonas y en el Orinoco, delfines fluviales que viven en aguas dulces y salobres), pero, a diferencia de la imagen anterior, la del león, aquí la imagen de la estatua amanece inserta en los jardines y pueden verse árboles (entre ellos, cipreses, piceas...) y arbustos y setos de cupresáceas, como también puertas interiores con columnas con estatuas sobre ellas.
El realismo le da carácter documental al col, como es el caso la estatua en su ambiente real y en el clímax monumental y suntuoso que le acompañan.
Esta vez, dibujado con rotuladores calibrados y no con bolígrafos y como un dibujo apurado y perfectivo más que como un apunte, como era el caso del león.
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
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