Caligrama, en imagen y poema, reflejan por igual el drama contemporáneo que no es más que el resultado de nuestra acción acumulada desde nuestra aparición como especie en el Planeta que nos ha creado y el resumen de lo que realmente somos, una plaga, una enfermedad que está acabando con la Tierra. Ya nos hemos instalado en el cambio climático y su deriva hacia la desertización de la superficie terrestre, la fulminante y dramática pérdida y extinción de multitud de especies de animales, la sequía pertinaz, el aumento de las temperatura, el deshielo de los polos, la contaminación atmosférica, la proliferación de basuras indestructibles que invaden el mar y la superficie terrestre...
Precisamente la imagen de este pictocaligrama se centro en la destrucción de nuestros mares con la proliferación de enormes islas de plástico y la evidencia de animales atrapados en ellos, envenenados y desorientados... La muestras son múltiples, la imagen es clara e imagen y poema son claros en la denuncia de nuestra acción y la urgencia innegable de tomar conciencia del problema e intentar mitigarlo, porque la solución real y completa, dudo mucho que pueda darse...
Un terrible cáncer mata la Tierra.
Una especie que se cree Dios viviente
e ignora que es de Satán su patente,
con la misma vanidad que este encierra.
Se cree el Señor del cielo y la tierra
y de todo cuanto plante simiente,
viva, exista o sea posible fuente
de riqueza, ignorando cuanto yerra
ni cuanto pone en peligro la vida
del Planeta que lo creó y alimenta.
Su ambición no tiene límite alguno.
Su vida abrió y hace crecer la herida
que su codicia y violencia aumenta...
Imposible es poner freno ninguno
a este ser ciego a su poder nocivo.
Destruir y destruir,,, un reguero
de muerte es ya su rastro más certero
desde que fue consciente de estar vivo.
Un ser cruel, egoísta, expeditivo,
que se creyó inteligente, sincero,
olvidando ser calculador, fiero
como sentimental e irreflexivo.
Tras de sí fue dejando ruinas, ira,
corrupción y montañas de basura
indestructible...: plásticos, papel...
radiación, enfermedades, locura...
armas abominables... y delira
esconder un dios bajo su piel
que arreglará este estropicio sin freno
cuando siquiera es capaz de escuchar
al distinto como de respetar
su cultura, ni propiedad. Un truco
de ira le precede y secunda obsceno
a este ser empeñado en dominar
cuanto conoce en cielo, tierra y mar,
que un día creó el trinitrotolueno,
la bomba atómica para la paz
y se empeñó en crear élites blancas
y pobreza y miseria en los demás.
Que viste su odio con antifaz
y vive montado sobre las ancas
del vasallo, bailando a su compás...
ignorante, alienado y obediente.
Un consumidor nato e inconsciente,
comprador de cuanto su amo le ofrece
en pos de una comodidad superflua.
Tener y tener: placer del presente
cuyo narcótico nos adormece
de felicidad fútil e insaciable.
Es el elixir, fuente inagotable
de acumular basura indestructible
que ha hecho del Mundo material fungible,
pasto para la muerte del Planeta
y prueba de nuestra destrucción completa
con nuestro mundo como combustible.
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
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