Este pictograma caligramático combina el dibujo puro con el poema, escondido entre las líneas y sombras del hueso que emerge del suelo y las sombras que marcan pequeñas crestas en la tierra. Desde un prisma surreal y simbólico el poema adquiereuna dimensión existencial y premonitoria. El árbol resulta ser una piña que ha perdido su frutos, de entre las entrañas de la tierra, surgen los huesos y los cuerpos enterrados. Una tierra áridaque se aboca al abismo del tiempo. Todo emerge de la tierra y señala el cielo como quien indica el muro que lo condena y empareda en esa paradoja que es la existencia que lleva en el nacimiento implícito a la vidala condena a la muerte que le devuelve a su origen. Nacidos para morir por el hecho mismo, por el regalo de haber nacido a la vida como quien cierra la paradoja de su antítesis con el enigma resuelto de su vida al morir...
La vida, nuestra vida impone su propia armonía, por eso el poema carece de ella, baila al vaivén de los impulsos que con que le apalea la vida y adquiere su sentido justo cuando se acaba...
Mi poema reza así:
Todo vuelve a la tierra en que nació,
mi cuerpo roto y yo..
notan los orígenes sufrir ...
Este paisaje será
la tierra que me tiene
bajo el cielo que nos ata
El dedo lo señala,
ese fututo cierto
en que a todos nos tienes
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
No hay comentarios:
Publicar un comentario