sábado, 5 de noviembre de 2011

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

El caligrama glosa la figura del poeta y autor de leyendas sevillano del postrromnticismo o romanticismo intimista y desarrolla, en cabeza y cuello, mi poema que versa sobre las caracteristicas temáticas y tratmientos, sobre las obsesiones del poeta en sus dos obras más destacadas (Rimas y Leyendas). Se centra en sus obsesiones por un modelo femenino inalcanzable y deletéreo y alude al trágico final del enfermizo literato.
 
El poema, en dos estrofas, muestra el paralelismo entre su vida y su obra: la búsqueda de un amor que se identificase con su poesía de armonía sutil (siempre en rima asonante y distribución arromanzada) y caracterizada en una mujer platonizada inalcazable que nunca encontró en la realidad aunque lo identificase con varias mujees reales (como las hermanas Espín o su propia mujer, quien le traiocinó) y como esta búsqueda le llevó en sí a la muerte.

Rimas y Leyendas nos mostraron esa mujer inalcanzable que identificó con su poesía y que siempre identificaba con ser colocado en un plano superior, divino. Más dulce y deletéreo en sus Rimas, más frío y cercano a la belle damme sans merci del amor cortés, en sus Leyendas, y, en ambas con alguna trasposición de modelo (así en su poesía llegó a mostrar el desengaño del desamor que había sentido en vida y en las leyendas llegó a verdaderas ensoñaciones fantasiosas, mujeres inventadas por el ansia obsesiva de alcanzar ese modelo de mujer, como en El rayo de luna).
 
El poema refleja esta dualidad. En la primera estrofa, de rima asonante en aguda en los pares (por lo tanto, alterna y arromanzada), viaje de su figura a su poesía y sus contenidos principales y a esa identificación de belleza con pureza, de pureza con armonía, de armonía con poesía y de poesía con mujer que equiparaban poesía y música como constatan sus Rimas
En la segunda estrofa, parte de las leyendas, desfila por las mujeres representadas en ellas y el modelo que tipifican y vuelve a la relación de esa búsqueda del amor y la mujer perfecta e insustancial que tipifica y cómo esa búsqueda le resultará letal en su vida. No renunca aquí a la rima asonante, pero se inicia con rima cruzada para volver a la rima alterna, sólo que, ésta ez, en las impares.

El poema reza así:
Llevas en tu rostro escrito el enigma 
de tu vida. Tú que buscaste amor
donde no lo había y allí encontraste
formas, que no esencias, donde el color
te sugería damas de belleza
hipnótica y arpas cuyo dolor
destrenzaba una amarga melodía
distinta a la que en principio sonó.

De leyendas poblaste fantasías,
mujeres rodeadas de pasión,
pero etéreas, si no de piedra fría,
marmóreas y bellas sin corazón.
También hermosas doncellas nostálgicas, 
beatrices platónicas al son 
de evocaciones sutiles y mágicas
que tu dulce poesía pintó
enamoradas para, al fin, trocarse
en amarga herida que desoló
tu ánima envenenada, frágil, triste,
y tu cuerpo enfermizo destrozó.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

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