lunes, 19 de septiembre de 2011

ESTAMPA ANTÁRTICA

Describiendo poéticamente los lugares, los continentes de nuestra Tierra, Mundo, demonio y carne, mi poemario, recoge este caligrama de paisaje invernal y gélido en el que un pinnípedo, una foca otea, recién salida de las frías profundidades del Océano Glacial Antártico la plataforma congelada con un cortahielos atrapado más allá de la línea del horizonte. Un invierno crudo, letal e infernal donde la Naturaleza ha hallado un medio para sobrevivir, en el límite del frío, allí donde la mano del hombre es la excepción y siquiera los vertebrados son capaces de ir mucho más allá de las zonas costeras para adentrarse en las montañas que constituyen el helado continente del Sur.

Así mismo, mi poema retrata el contenido como si el caligrama fuese el documento de lo anteriormente dicho,
la fotografía de su propia imagen. Emplea una suave rima asonante (que ocasionalmente se convierte también en consonante, como si los sonidos fuesen, como la fuerte ventisca antártida, combinada con las sombras ocasionadas por la mezcolanza de nubes y nieve y hielo arrastrado por los vientos, un desfile de sombras que semejan fantasmas corpóreos de monstruos imposibles) y una métrica regular, buscando una armoniosidad adormilada, como atrapada por el propio frío antártico.
 
Y reza así:
Donde el blanco horizonte
es un falso suelo congelado
en el que encalla, laso, el cortahielos,
atrapado por sus frís manos
entre sus garras curvas como hoces.
Asoman diamantes en roquedos.
La piel de la Antártida inventa suelos,
reflejos fútiles de ilusos soles,
mientras otean focas, orcas y otarios
buscando peces, entes estrafalarios,
pingüinos que llevarse al buche
allí donde el infierno es albo y frío
y el cielo vive enredado entre nubes
que poco desenredan de su lío.
El propio cntinente se prolonga
en una plataforma de piel de esponja,
pero dura como mármol de lápida,
que oculta un mar de aguas oscuras
donde, sus habitantes, sombras pálidas,
danzan una coreografía inventada
de cazadores, presas y de fugas
que a vida y muerte ponen risueña máscara
mintiendo su drama de pasiones rudas

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ


No hay comentarios: