Amparado en diseño simbólico, poema, dibujo, caligrama, se hermanan en uno para repetirme en la soledad del esfuerzo, uno más, como todos, mi rostro, mi cuerpo que fue y fue dejando de serlo para deformarse a medida que el molino de la vida pierde su ímpetu, quizás su propia esencia, pero así, desnudo ante el tiempo fui primero imagen que huye de sí y explica su impotencia ante sí mismo, corredor de fondo que se hace al vivirse...:
Y al decirse en su carrera se hizo espejo en su poema:
Y al decirse en su carrera se hizo espejo en su poema:
La soledad del corredor de fondo,
allí donde se alargan las distancias,
buscando está indefinidas estancias
que poco a poco van calando en lo hondo.
Querer parar allí, punto redondo,
y no poder...: ma arrastran las fragancias,
el asfalto que alarga las distancias
y estira mi reloj, y no me escondo...
Correr, correr... buscando hasta mi sombra.
Y el viento corre tras de mí y me alcanza,
silbando mientras murmura y nombra
mi sino, vértigo, reloj y danza...
Correr, correr hacia el último abismo
y allí atrapar a mi alma y a mí mismo.
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
allí donde se alargan las distancias,
buscando está indefinidas estancias
que poco a poco van calando en lo hondo.
Querer parar allí, punto redondo,
y no poder...: ma arrastran las fragancias,
el asfalto que alarga las distancias
y estira mi reloj, y no me escondo...
Correr, correr... buscando hasta mi sombra.
Y el viento corre tras de mí y me alcanza,
silbando mientras murmura y nombra
mi sino, vértigo, reloj y danza...
Correr, correr hacia el último abismo
y allí atrapar a mi alma y a mí mismo.
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
y ver fundirse mi imagen pasada, mi poema infinito en un caligrama que me retrata utópico y pasajero, en ese ayer que prolonga mi poema en su constante vértigo vital...
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
No hay comentarios:
Publicar un comentario