Más que un caligrama, estamos ante un pictograma caligramático. Pertenece a Paisajes de mi soledad, horizontes infinitos. Un paisaje inmenso en el que la playa se ve cercada por farallones rocosos, una bahía cercana presenta a una mujer desnuda adentrándose en las aguas (una mujer que es, en contraposición a la playa, el mar, los acantilados, los islotes y faralones rocosos, el único objeto únicamente dibujado) y más allá, la inmensa mar océana, rompiendo contra los islotes costeros, los escollos rocosos. El poema nos habla de los paisajes abiertos, del mar en sí mismo y de la paz en un paisaje donde las olas se columpian hasta estallar contra la tierra como si éste fuese su antítesis y enemiga, pero, que en su interior contiene paisajes de una paz y belleza infinitas
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
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