Con este caligrama volvemos a la bicicleta, al deporte como medio de liberación de uno mismo. Sin jinete, directamente el caligrama se proyecta sobre el instrumento mismo y así se dice a sí mismo en su letra.
El suelo es una sombra en donde se proyecta la angustia que se pierde a sí misma en el camino mientras ésta se aleja y la abandona, camino de la libertad y la felicidad.
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
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