miércoles, 13 de mayo de 2009

TREN, PRISIÓN, ASIENTO VACÍO


De nuevo el caligrama presenta un interior de tren, un asiento vacío, que representa la soledad del viaje, el viaje a ninguna parte, la sensación de manipulación que ofrece una sociedad, un sistema prolijo en provocar la alienación de los individuos que la componen, esa sensación de sinsentido, vacío y hastío que llena nuestras vidas...

Un tren infinito, una móvil prisión, una zarpa que te conduce a la cotidianeidad de la rutina, al infinito gris de los días aciagos en las ciudades, en las metrópolis que nos devoran y anonadan y muestran ese sentimiento letal de formar parte de un innumerable rebaño de iguales, de obedientes ciudadanos que no sólo componen el sistema sino que son la esencia de él, sin la cual, el sistema, su hipnótico y carnívoro poder no tendría sentido alguno...

El caligrama forma parte del inacabado Arrastrando mi vida... como uno más de sus gritos, de sus lamentos de desgarradora soledad.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

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