sábado, 23 de mayo de 2009

CIUDAD, CIUDAD REPTANDO SU DOLOR, SE ARRASTRA


De nuevo la ciudad, la misma que en Ciudad entre la bruma impertinente, la misma que en Metrópolis, (dos poemarios míos anteriores a éste, pero que comparten la alienación del individuo, el grito del ciudadano preso y reprimido y el enjambre urbano)subsiste, obsesión, cadena, condena... Un enjambre multitudinario para la soledad y el hastío, un cepo que aliena a sus hijos, a sus habitantes, atrapados en la rutina, obligados a la urgencia cotidiana, a la negación paulatina de sí mismos para convertirse en un engranaje más del Sistema que nos devora, nos deshabita, nos desaucia y nos aboca a una vida anodina sin más metas que la subsistencia, la supervivencia y el consumo de bienes... una ciudad que nos anula y robotiza para perdernos en la masa...

El caligrama, pertenece a mi poemario Arrastrando mi vida y contiene un grito reprimido de dolor. La ciudad, prisión, es en sí un grito de dolor, un clamor que late entre el asfalto, el vidrio y el cemento que le dan su forma... Pero su corazón, enfermo, grita su moribundez lenta, paulatina e imparable

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

Este calgrama

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