miércoles, 18 de marzo de 2009

EL HOMBRE DEL FUTURO



En este retrato de un hombre futuro, el hombre se acerca al robot, al automatismo controlado por la sociedad. La ciudad es un laberinto de bloques opaco y opresivo, que carece de ventanas ni puertas visibles. Es un hombre obediente, un cordero convencido y servil del sistema que le sustenta y le niega su libertad, pero eso no impide que se siga viendo a sí mismo como libre. Su vestimenta es un mono, modernizado, de trabajo. Es un consumidor perfecto para el sistema

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

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