Inequívocamente mujer totémica e hipnótica cuya imán no es solo cuerpo que pueda diluirse con el trato y la convivencia sino dueña de ella misma, sensible pero intelectiva, racional, serena, decidida como maternal, tolerante y plena ante sí misma y ante el Mundo...: Ella
El pictocaligrama añade a la inequívoca imagen de la mujer desnuda el poema que la identifica en todas las dimensiones de su atractivo y en los fundamentos de su personalidad hipnótica que la humanizan y la definen más allá de cuerpo sensual y esencialmente bello:
Así reza mi poema caligramatizado:
Si la belleza nace imán y es delicada,
si joven y lozana es ya toda belleza,
flor esplendorosa, fútil naturaleza
que hipnotiza corazones con la mirada
y su cuerpo sinuoso es llama embrujada
que abrasa cuanto atrae, tenaz y con presteza
y la misma pasión ardiente despereza,
a qué dudar que es seductora y deseada
la mujer que, a más de bella, es culta, elegante,
inteligente, intuitiva, hábil y serena...
y si es osada cuan prudente y previsora,
es una joya, genuïno diamante
que fácilmente te cautiva y enamora...
Segura de sí misma, es ya perfección
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
Tras alabar las cualidades de la belleza fútil, las corporales, el poema sitúa la perfección en las virtudes perennes, las que atañen a la psicología y caracterología y a sus capacidades intelectivas y que son las que la visten de una perfectibilidad única y propia.
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ.
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