Se trata de un caligrama puro y sencillo. Poema y dibujo coinciden en el símbolo, un pez que representa en realidad a cualquier enamorado embobado ante la presencia de aquella belleza que le subyuga y ante la que es incapaz de retirar la mirada hipnotizada aunque sea incapaz de articular palabra. No soy yo sino cualquier enamorado en el mar de dudas que le cobija de una Venus humana y terrestre aunque traducida como celeste que consumaría un edén bucólico que vive en el subconsciente del enamorado.
El poema que lo diseña, en este caso en catalán, lo deja claro y sin más vuelta de hoja y nació como modelo ante una serie de niños que se inician en el arte del caligrama.
El poema que lo integra, reza así:
Jo soc un peix enamorat.
Et busco per la sorra d'or.
Si et veig, em batega el cor
i em quedo atordit al teu costat.
Tu ets així la meva inspiració.
Et miró sota l'aigua amb emoció
i em quedo enllà bocabadat.
Si no ets tu, que en faria jo
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ