El caligrama presenta un poblado talayótico para incluir una visión de la isla en su estética, en su historia y en su vidaMANUEL MILLÁN CASCALLÓ

Si observas bien la imagen de mi caligrama podrás leerlo empezando por los cuatro primeros versos en la cabellera, los ojos en los ojos, los labios en los labios y el rostro esculpido diseñando el rostro. En el cuello el verso octavo, en el maillot desde el cuerpo de molinillo hasta el vértigo, la pierna derecha de la bailarina (izquierda en el dibujo), los dos versos siguientes y en la pierna izquierda de la bailarina (derecha del dibujo) los cuatro versos. En el brazo derecho de la bailarina (izquierdo del dibujo), el verso antepenúltimo y penúltimo para acabar, con el último verso en el brazo izquierdo de la bailarina (a la derecha en el dibujo), l siguiente poema:
Si observamos mi caligramos podemos observar la siguiente letra inserta en él:CIUDADANO, CIUDADANO EN LA CIUDAD DEL HASTÍO
Atado está a mi mente, presa
el aire de esta ciudad vieja
que estrangula y que me asemeja
a mi negación inconfesa.
Desde los muros, piedra lesa,
que conforman mi fría reja
hasta sus tejados de teja
con mi triste memoria impresa,
las puertas se me cierran mudas,
cerrando la visión completa
de cuanto me acecha y apura.
Un mundo de visiones rudas
que oculta de mí su careta
me impide una visión futura
Soy un robot encadenado,
obediente servidor puro,
con su corbata y traje oscuro
de este mundo cuadriculado.
Lleva, pues, mi mente candado
de las pasiones, puro muro
y pensamiento prematuro
que tiene todo ya juzgado.
Hasta los mismos sentimientos
vienen así clasificados
y no admiten experimentos.
Soy un androide ciudadano
producto de este mundo urbano
que nos tiene manipulados
y vivo, sombra de mí mismo
en este mundo de escapismo
negando azares alocados