En ARRASTRANDO MI VIDA, la vida urbana esclavizada por la rutina e infectada del absurdo cotidiano, haya escasas salidas. La pasión amorosa, el deseo de un ser amado y poseído es una de ellas. Es una mujer abstracta, cuyo rostro puede alcanzar cualquiera rostro y cuyo cuerpo imán sólo se identifica con la belleza sensual sin equiparación co un ser real, pero la mente se niega a la indefinición y busca rostros y cuerpos concretos con los que identificarlos. Símbolos, cuerpos y rostros que se arman para buscar la concreción que el deseo precisa para sumirse en ellos. OBSESIÓN muestra uno de esos muchos cuerpos o rostros posibles que se desenvuelven en la imaginación del poeta, en mi imaginación. No hay que buscar rostros precisos ni mujeres concretas porque no lo son son sólo una mujer deseable y deseada, nacida para distraer la pasión
y la ansiedad del momento.
Manuel Millán Cascalló
y la ansiedad del momento.
Manuel Millán Cascalló
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