Declaración de principios es un compendio de dos poemas, I, un caligrama que retrata un envase que contiene el elixir de la creación, la esencia del Arte, y II, un dibujo poemado, un dibujo de una moneda de 50 céntimos de euro, con la figura de Cervantes, expresando la adulteración del Arte y la Cultura por la utilización que de ellos hace el Poder en sí mismo y la economía:
Como si se tratase de una imagen y un documento de aval lacrado con su sello, podemos ver ambos poemas. La imagen en caligrama, con el poema I componiendo su estructura e imagen exterior y su contenido, simbolizaría en sí mismo al Arte como una necesidad, una urgencia vital, un elixir de creación nacido del instante, de ese soplo divino intangible pero real de las musas de la inspiración definido como corazón (sentimiento, evocación, emoción de lo sensible plasmado en materia estética por la creación), será la forma que estética genere en la mano o en la palabra del artista (figura) y, fruto del instante, hallará su trascendencia reflexiva sin poder evitar en el influjo de la era en que el artista lo crea (tendencias). Como expresa el poema, el Arte es fruto que nos acerca a lo sublime y por tanto a lo divino y, por lo mismo es fruto del árbol de la ciencia (del conocimiento) con que la serpiente nos tentó para ser humanos desde nuestros orígenes, híbrido de ciencia y placer y placer que se suma al placer o que extirpa en su grito el dolor para hacerlo placentero en el Arte el artista lo plasma en su obra:
I
Y así reza el poema que lo compone:
Destapa el tarro de las esencias
este elixir tan trasparente
que ocupa este recipiente,
Regalo es de las musas, tendencias,
corazón, figura, trascendencias.
Del árbol en que la serpiente
ofreció ciencia y placer. Su ente,
crear cual dioses sus quintaesencias.
A quien impregne, será un hecho
belleza con su hipnosis placentera.
Arte e ingenio su portento
se harán realidad bajo su techo.
será la bendición más verdadera
que un hombre ha de tener como sustento
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
El dibujo poemado que sustenta el poema manuscrito II, Pone en boca de Cervantes, como creador, la queja del artista por la utilización del Arte y la Cultura por el Poder político y económico, que ha sustituido el verdadero valor del Arte como creación y el de la Cultura, como conocimiento, a los que no valora en sí mismos como una pantalla de lucimiento personal, apartando el Arte de su verdadero destino, la Humanidad, y lo ha convertido en una fachada formal o lo privatizado y convertido en un valor puramente monetario y especulativo:
II
Y así rezaría el segundo poema, lacrado por la imagen cervantina:
Dentro de mí hubo
el valor que me dieron tantas musas:
porque fueron generosas, retuvo
el tiempo su valor ya sin excusas.
Mas da al genio en dinero la mitad,
pues nunca tuvo generosidad,
en capital, el poderoso,
que solo bienes materiales quiere
y el poder que convertirá en ruinoso
Arte, reflexión, ingenio,,, que prefiere
gustar en su ambición y su memoria
y la cultura, un útil de su gloria,
desnuda de belleza y creación.
Imagen, que no seso y contenido,
forma desprovista de razón
y palabras hurtadas de su nido.
No puse a su servicio yo mi pluma
sino al de ese ingenio que entre bruma
hoy quiere convertirlo en puro precio
al Arte como a la Cultura.
Vaya para ellos todo mi desprecio
si su sentido real se desfigura
y solo la firma y decoración
lo que quiere, sin seso y corazón
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ
Y en resumidas cuentas, el valor del Arte está en sí mismo, en su capacidad de hipnosis, de evocación
y de hacer de quien lo lee, de quien lo ve, de quien lo palpa y lo siente y lo hace suyo como en lo que sintió y supo expresar su creador cuando le dio vida como Arte. Lo mismo que el Conocimiento y la Cultura, sin fondo, ni fin, no tiene precio.
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ