De nuevo más un pictograma caligramático que un caligrama, este tercer autorretrato (el primero me representa como un muñeco de madera, un modelo pictórico a escala, corriendo, huyendo de sí mismo, el segundo me representa en un pictograma caligramático realista, sentado en unas escaleras, con el poema emboscado en las escaleras de un teatro y éste tercero en la más desnuda y descarnada representación, un esqueleto) del poemario Ciudad entre la bruma impertinente, me representa ciudadano muerto en vida, víctima de la vorágine urbana y de mi propia sensación de haber perdido el sentido de protagonismo de mi vida devorado por la urgencia y la rutina. En caligrama parcial, que más allá de la imagen simbólica, esqueleto, cadáver, muerto en vida, continúa a sí mismo diciéndose en su agonía.
MANUEL MILLÁN CASCALLÓ