domingo, 29 de julio de 2012

TESTIMONIO DE MÍ

Siguiendo en el argumento anterior, en el caligrama la imagen sustenta el simbolismo que conlleva el poema y lo hace fácilmente interpretable o no dependiendo de la complejidad y unicidad de la misma. Si la imagen es única, prescindiendo de la calidad retratística buscada, la simultaneidad de interpretación dependerá de la complejidad de la misma y puede ser, como en otras entradas, complicadísima, porque lo que busca es la unicidad del viaje simbiótico entre poema e imagen, o relativamente sencilla. Este es el caso de este caligrama. Un bolígrafo escribiendo representa a quien escribe y convierte al bolígrafo en el símbolo de las palabras que componen el poema, como si el bolígrafo fuese la trascripción escrita del poema. Eso exactamente lo que es un poema y lo que es caligrama, sugerencia de las sensaciones, reflexiones, meditaciones, obsesiones, goces del autor que se convierten en acicate, en excusa para sugerir en el receptor sensaciones compartidas, evocación de sentimientos y sensaciones aparentemente universales (aunque las sensaciones son siempre individuales e instantáneas).

Aquí el poema es sencillo, una reflexión, y parte de la lógica. Si el elemento que equipara simultáneamente la creación mental con su transcripción en el papel, en la escritura o en el dibujo, o en el caligrama, el punto de partida también será ese, la punta del bolígrafo. De ahí el poema-caligrama parte hacia arriba para completarse justo en la solapa, en la pinza y, completado el bolígrafo, saltará al escrito, que será, por tanto la conclusión, el sentido simbólico del poema, que rezará, por tanto, así:

Cuando la inspiración orina gritos,
tú estás ahí...:
VERSO, ESPEJO DE MÍ,
hecho palabras

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

A tal caligrama, tal poema. Inspiración y escritura son simultáneas y coetáneamente a su redacción-sugerencia mental, el bolígrafo, el lápiz, la pluma... se deslizan esquiando la blanca nieve del papel y dibujan el poema-creación-evocación-sugerencia en la grafía de las letras. De la misma manera, el caligrama es la expresión plástica y simbólica del mismo.

Si la metáfora sustituye el elemento real por aquel con el que se le compara, el caligrama sustituye y equipara  el verso como palabra por la imagen del mismo construida como un resumen del contenido del poema.

Por eso, el testimonio de mí es lo que escribo, como poema y como caligrama, exprimido en el zumo lírico gota a gota = letra a letra para convertir mis palabras en imágenes.

Y pueden ser tan complejas como el tejido que urde e hilvana la reflexión con su grito o tan sencillas como la evidencia de una imagen singular sin dobles ni triples interpretaciones ni recovecos en sus sombras y en sus volúmenes.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

Retrato

Un caligrama es una representación visual de un poema, cuyas letras componen la imagen. Ésta puede ser o no figurativa y alcanzar una perfección en el dibujo, como ya he mostrado en otras entradas, pero no necesariamente es la imagen la que predomina sobre el poema. El poema es, en todo caso, el sentido del diseño.

En este caso, el diseño no busca una imagen deliberadamente perfecta, es un autorretrato con cierto sentido espectral en el que se reflexiona sobre el sentido de la vida y en el que la vida va convergiendo con la muerte para hallar el sentido definitivo de una vida.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

jueves, 26 de julio de 2012

LA DONNA ANGELICATA Y SU DESCRIPTIO PUELLAE

El Proyecto Boscán que estamos llevando a cabo Anselm Cabús y yo (Manuel Millán Cascalló), no sólo pretende llevar a cabo un estudio biográfico del autor, su relación con Cubelles ya desde sus antepasados, su obra literaria, su estilística, su relación con Garcilaso de la Vega o con don Diego Hurtado de Mendoza y su labor de iniciador del renacimiento italianizante en lengua castellana. Lo que busca es entender el concepto de Renacimiento de la cultura, de las artes y el conocimiento en realidad y aplicarlo a la realidad actual como un revulsivo del valor del Arte como factor creador total del ser humano y la cultura.

En aquel Renacimiento del siglo XVI, que imitaba al Trecento italiano, especialmente a Petrarca, como éste lo hacía con la literatura clásica griega y romana, donde sus creadores eran humanistas (eruditos, traductores y lectores de la Literatura y Filosofía clásica, interesados en el hombre, en el conocimiento de la Tierra y de, hecho, en todo tipo de conocimiento) y cuyo arte, como aquel clásico al que imitaba, buscaba la perfección de lo divino, la pureza y la armonía y mostraba ello en el arte por medio de modelos o cánones por los que guiarse, a sí como una serie de tópicos universales, la mujer ocupaba uno de esos pedestales deíficos que la encumbraban a la belleza perfecta. En un mundo, como el clásico, antropocéntrico (que giraba alrededor del hombre como medida de todas las cosas), la definición de la belleza perfecta elevaba a la mujer al papel de divinidad. Era una mujer inalcanzaba y perfecta cuya visión no precisaba más que una mirada para prendarse de ella. Era una mujer perfecta en lo físico y en su relación con el hombre, para ser idolatrada, deseada y, sobre todo admirada, contemplada en su belleza, en su elegancia perfecta que la igualaba a la pureza divina de un ángel: una donna angelicata, cuyas características vinieron relacionadas de aquellas, que derivadas del amor cortés empezaron a definir la escuela siciliana de finales del siglo XIII y más tarde, la escuela aretina. Tras su estela, Dante Alighieri, a finales del siglo XIII y principios del XIV (el Trecento), pero que hallan su definición concreta en Dante Alighieri y su poemario Vita nuova, en las que platoniza a su donna angelicata, inspirada en la donna lombarda, Beatriz, visión platonizada de una mujer real; Bice di Folco Portinari, a la que conoció en su infancia como asidua compañera de juegos y a la que perdió de vista cuando ella tenía nueve años, pero, cuando era una quinceañera, volvió a ver y quedó prendado de ella. Ella se casaría pronto con Simoni de Bardi (como el poeta florentino lo haría con Gemma di Manetto, a la que se había prometido por voluntad paterna y con la que tendría tres hijos reales más otro problable). El amor platónico se imagina en la distancia, se diviniza en la distancia y adquiere su divinidad excelsa cuando muere en la juventud, conservando intacta su belleza (nada lejos de la tópica leyenda que rescatan los románticos y mantienen los neorrománticos, como los roqueros, de vive deprisa, disfruta de los placeres mundanos, o lo que es lo mismo, carpe diem: disfruta el momento, disfruta el presente y "haz pronto un cadáver bonito". Es decir, muere en la plenitud de tu belleza y después de haber vivido como tú querías, ya que la belleza, la plenitud, son efímeras porque tempus fugit, es decir, el tiempo huye, se escapa, desaparece o vuela. La Beatriz conformó el primer modelo renancentista de mujer platónica como donna angelicata. Que consiste en la idealización de una mujer real a la que e conoce y a la que se trata, aunque sea en la lejanía y en la imposibilidad de poder conseguirla.

Poco después, Francesco di Petrarca, ve en Avignon, en una iglesia, a una mujer con las mismas características físicas y de elegancia  que Beatriz. El poeta se enamora de ella y la convierte en su donna angelicata, su mujer platónica y divina, inventándose su carácter, pero reservando idéntica escondida pasión. Es la Laura o Madonna Laura que pasea en su Il Canzoniere y que alcanzará su dividad perfecta cuando también se entera de su muerte prematura. Laura es una mujer platonizada por completo a pesar de basarse en una mujer real, de la que, el poeta, por puro interés, sabía de su vida pero con la que, al parecer, ni siquiera habló y ciertamente, no trató.

¿Cómo una era donna angelicata?. Su descripción es homogénea y por eso tópica, imitada hasta la saciedad pero cada uno con su propia descripción poética, por prácticamente todo poeta renacentista y muchos de los poetas barrocos mediante el tópico conocido como descriptio puellae (descripción de la joven) y se basa en los rasgos de la donna lombarda, que como tal, y siquiendo el mismo orden que cito, tenía que ser rubia, de piel pálida o blanca, ojos azules, labios rojos, mejillas sonrosadas y esbelto cuello de cisne, amén de elegante, discreta, inocente, angelical, honesta y divina. Sus únicos puntos sensuales residían en los ojos y más raramente en los labios y la descripción acaba en el cuello. Aunque su mirada pueda ser altiva y provocativa, sobre todo sugerente, es una mujer distante y altiva (reminiscenca de la belle damme sans merci, la bella dama desagradecida del amor cortés), pero al ser inocente y tierna no alcanza la frialdad del desprecio de su antecesora.

Veamos un ejemplo práctico de una donna angelicata mediante su descriptio puellae sacada del mismo siglo XVI, del Renacimiento, en el famoso Soneto XXIII de Garcilaso de la Vega, el inseparable amigo, discípulo, en principio, de Juan Boscán, maestro al que superó con creces, en una versión actualizada por Rafael Lapesa y luego por por Alfonso I. Sotelo Salas:

En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que es vuestro mirar, ardiente, honesto
con clara luz la tempestad serena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.


Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.

GARCILASO DE LA VEGA

El poeta toledano nos hace una descriptio puellae de su donna angelicata, Isabel Freyre (dama cortesana portuguesa de Isabel de Portugal, esposa de Carlos I a la que dedicó sus poemas como Elisa, Camila o Galatea.  Garcilaso la conoció en 1526, cuando ya estaba él casado con Elena Zúñiga, dama de Leonor de Portugal, luego de Austria, hermana de Carlos I. Isabel casó con Antonio Fonseca y murió de parto en 1533), con un orden aleatorio, pero claro, que se marca en los dos primeros cuartetos (ella, rosa de amor, arrebolada en su clara piel, tiene un mirar ardiente y honesto con sus ojos claros. Describe sus cabellos  de oro (al viento) y su largo cuello. 

En los dos tercetos y siguiendo a Bernardo Tasso en su mostración del carpe diem, aprovecha el momento, aprovecha tu juventud, para imitar a Ausonio en otro tópico clásico imitado por el Renacimiento, Collige, virgo rosas, es decir, invitación al amor a una joven (coge virgen las rosas), aprovecha tu juventud para hacer el amor, marcado en coged de vuestra alegre primavera / el dulce fruto antes que el tiempo  airado para oponerlo a la vejez (cubra de nieve la hermosa cumbre) y plasma en este verso y el último terceto el tempus fugit como causa de que aproveche el momento.

Interpretando las distintas descriptio puellae de la época, especialmente las de poemas de Juan Boscán (muy sucintas, y las de Garcilaso de la Vega, Petrarca o Dante y observando pinturas de mujeres de la época he dibujado, de momento tres donnas angelicatas probables de la época. Mostraré una de ellas como ejemplo (Donna angelicata 1 de Manuel Millán Cascalló)


Inspirándome en las descriptio puellae de donnas angelicatas de la época, he escrito varios sonetos centrados en una de estas descripciones idílicas. Expondré uno de ellos:

DESCRIPTIO PUELLAE II

Escribe corazón, latiendo a gritos,
el mar de tus cabellos de oro fino
sobre tu frente de mármol divino
y el cielo azul de tus ojos benditos

donde volar espacios infinitos.
Esquiando a tus labios, dulce vino
al pozo de tu boca, abismo y sino
de ardientes deseos exquisitos.

Océano de piel, pálida Luna,
el marco de una Venus, celeste y pura,
el grácil cuello hasta tu cuerpo cierto,

la hipnosis celestial que me importuna
es quien despierta en mí esa locura
de amor que asalta dormido o despierto.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

La idea es convertir el poema en caligrama, como ya he hecho con la imagen del poeta Juan Boscán en caligrama ya publicado con el verso que incluye en mi blog caligramas (También he publicado otro caligrama en catalán sobre el mismo poeta, pero con distinto poema y, éste, en catalán).


Caligrama de Juan Boscán de Manuel Millán Cascalló (en castellano)

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

miércoles, 25 de julio de 2012

COMO UNA SOMBRA ACUSADORA

Como una sombra acusadora, mi imagen se proyecta buscándose a sí mismo, en el asfalto, en las paredes de las casas. El asfalto grita la creciente melancolía, la conciencia que conoce la dimensión de lo inmenso y lo que la devuelve al microcosmos donde existo. Quisiera penetrar en mí mismo pero todo es un hermético designio que me ignora y como luz, ya soy un ancla de cuanto siento, cuanto añoro o cuanto maldigo. En la orilla de mi río petrificado de angustia, aún palpito... Si el mundo, como a todos, me ha atrapado, aún sé que existo, mi razón es como un dedo acusador que indaga en las paredes. Si cerráis las ventanas es porque no queréis ver el mundo como es, sólo el televisor que os encierra en vuestras casas. No porque os neguéis a ver deja de ser cierto que el mundo es un monstruo con cerebro humano cargado de codicia y de sospecha.

No es de ahora, como el poema que compone el caligrama y como el propio caligrama. En el mundo sólo existe un monstruo con apariencia de ángel y es el ser humano.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

domingo, 22 de julio de 2012

USB

En este caso, el caligrama, en sí, un pictograma caligramático en toda regla, representa claramente un USB de ordenador, con unas constancias similares a las de Vigía, pero aquí, claramente el poema se oculta en el sombreado del dibujo. Coloca el lápiz de ordenador como una prolongación de mi mismo, más aún, como un rincón donde resguardarse del tiempo y del olvido, un almacén de recuerdos, de jirones de uno mismo en imágenes y palabras, flashes de mí propio yo que son devorados por el vértigo del tiempo en su urgencia, y por la condena de la rutina en su tenacidad. La memoria de la unidad de memoria externa se convierte en un suplemento, más allá del complemento de mi memoria real o cerebral, ya que atiende y a lo riguroso del documento que el subconsciente no puede conseguir.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

sábado, 21 de julio de 2012

LA IRA CONTRA SADDAM


El caligrama, en realidad un pictocaligrama, alude a un hecho sobradamente conocido que ya vive en nuestra memoria, la invasión de Irak hecha por las tropas de la ONU, básicamente miembros de la OTAN, al mando de Estados Unidos, gobernado entonces por George Bush, para acabar con la tiranía de Saddam Hussein y el propio tirano, basada en un supuesto peligro armamentístico que luego resultó ser falso. Invasión que ocurrió en el 2003. Sobre cuatro poemas elaborados por mí en el momento de la Guerra, y que forman parte de la puerta del edificio de fondo y un contenedor tras ella (precisamente el poema que da nombre al conjunto), y sobre cada una de las tres figuras humanas, los dos soldados norteamericanos y el civil irakí abatido a tiros innecesariamente por uno de los soldados (puesto que el hombre, ensangrentado y muerto, va desarmado).

La conversión de los poemas en caligramas es tardía, puesto que el diseño del conjunto se realizó en el 2006, y allí se comenzó la factura del caligrama con el poema que da nombre al conjunto. Los avatares de las rutinas profesionales han ido retrasando la realización total del conjunto caligramático total y, así, en el 2011, proeigui con el entintado del fondo, que desde el 2011 había quedado abandonado y la conclusión de los cuatro caligramas, de nuevo con interrupciones debidas al trabajo, es de este año. 

Si la denuncia inicial y original, ha quedado diluida por la distancia. La agitación del Próximo y Medio Oriente Asiático y Norte de África, con la caída de dictadores en Egipto y Libia, o de regímenes pseudodemocráticos manipulados por el poder asentado durante muchos años, como en Túnez, y la agitación general que prosigue en Siria ha devuelto el sentido al mismo. Si en la época original reflejada, la caída de un innegable dictador como Saddam ponía, de nuevo sobre el tapete el problema de las dictaduras, especialmente las islámicas, la acción militar, basada en pruebas falsas y yendo mucho y mucho más allá de una lucha militar para llegar a arrasar la vida social del país, sus monumentos históricos, sus bases económicas y lo que es más grave, su población civil, ponía en tela de juicio las acciones militares basadas en especulaciones manipulatorias y no se justificaba más que como una demostración de fuerza más que de razón, y, encima, tenía más aspecto de venganza personal que de justicia real, colocando el combate de dos gallitos, Saddam y Bush (intereses económicos, especialmente petrolíferos, aparte) porfiando por demostrar quien era más chulo de los dos y dejó claro que la acción militar debe ser proporcionada en su punición y resultado de un último recurso por resolver una causa justa y urgente por el daño recibido por la población civil (y siempre teniendo en cuenta que la mayoría de las guerras no tienen justificación en sí mismas). En los hechos actuales, por el contrario, ha sido el propio pueblo musulmán quien se ha levantado contra sus dictadores para conseguir derechos civiles y, en definitiva, sus propios regímenes democráticos y las acciones internacionales, más moderadas, para salvaguardar los derechos de una causa justa que ha llegado a un conflicto armado precisamente por las acciones desproporcionadas de los propios dictadores contra su pueblo, no solo negando sus derechos e impidiendo que los consigan, sino con matanzas, encarcelamientos masivos y torturas  que siguen de actualidad porque tienen continuidad en Yemen, Bahrein y, sobre todo en Siria. Este último caso muestra la cara opuesta a la que vimos en Irak respecto a la acción militar, aunque nunca hay que perder de vista que los mayores interesados en conflictos armados son la industria armamentística como negocio y los militares como justificación de su existencia. No es una nueva guerra lo que se necesita, pero sí obligar al dictador a respetar a su pueblo, y si es posible, a dimitir y dejarle a éste el poder de elección. 

Si aquella imagen mostraba el abuso de las fuerzas de la OTAN, especialmente norteamericanos e ingleses (de hecho la guerra ya era en sí un abuso), esta imagen correspondería, en la actualidad, al ejército y policía siria disparando contra su propio pueblo.

En cuanto a los poemas, versaban sobre la masacre de gente civil, la inutilidad y crueldad de las guerras y el sacrificio de gente inocente para causas más basadas en intereses políticos, económicos, básicamente sectarios, y hasta de prestigio, y lo que es peor, en venganzas personales, que no en las propias causas que se esgrimen para justificarlas. 

Los poemas que integran el conjunto caligramático son poemas dramáticos, comprometidos y de denuncia, como la propia imagen del caligrama, pero una denuncia urgente e irrenunciable. Cualquier abuso contra cualquier sector de la humanidad, incluso contra cualquier individuo, es un abuso contra todos, contra la humanidad en sí misma que merece, no solo denuncia, sino reparación inmediata.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ


domingo, 15 de julio de 2012

ESPECTRO NOCTURNAL DE OSCURA CRIPTA


Y siguiendo con los espectros que surcan la oscuridad surgidos de nuestros miedos y nuestros tópicos, aliados de supercherías y leyendas, nada más típico que vampiro, elevado a la máxima categoría satánica por obra y gracia de Drácula de Bram Stoker y no porque no existieran humanos aficionados a la necrofilia y a la succión de sangre. El pictocaligrama representa un murciélago, en este caso europeo y de gran tamaño, concretamente, un murciélago grande herradura (para los técnicos Rhinolophus ferum-equinum SCHREBER, 1774). El más grande de Europa y el más acertado para fundamentar leyendas vampirescas. Es un animal troglodita (vive en cuevas y cavernas, donde pernocta y cría, aunque puede hacerlo también en fortificaciones, masías, casamatas y masías), nocturno que gusta de lugares abiertos, como campos, bosques no demasiado espesos, cultivos, huertos, pastos, matorrales y sotobosques, pantanos y charcas donde puede alimentarse de escarabajos, mosquitos, moscas, cucarachas, grandes mariposas nocturnas que sorprende desde su postura colgada o a las que, en vuelo, suele atrapar con un rápido movimiento de las alas. Nada que ver con los vampiros americanos que sí chupan sangre de mamíferos, hombres incluidos, aunque su tamaño sea similar.

El vivir en cavernas, asociadas a akelarres, el asociarse a la oscuridad y la humedad hostil de las cuevas alimenta los lazos subconscientes con el satanismo. Se les ve como apariciones malvadas que surgen de la oscuridad de las cavernas para ahuyentar a os humanos intrusos (supuestamente bien intencionados) y su asimilación a la sangre se debe a dos hechos, la ingesta de mosquitos deja su rastro de sangre en la boca y su mordedura es agresiva, altamente infecciosa (puede ocasionar muchas enfermedades, pero especialmente, la rabia y la peste) y dolorosa dado el tamaño del animal, penetrante y profunda, así como sostenida hasta que logra su propósito (que se le suelte). A la leyenda contribuye su tendencia gregaria para descansar y aletargarse. Y, sin embargo, como los demás murciélagos europeos, insectívoros, son animales beneficiosos (por su ingesta de insectos) y nada agresivos con el hombre, y por tanto, no justifican la leyenda y mala prensa que tienen. Su mordeura es muy peligrosa, pero si la da, es porque lo hemos cogido, descolgado del lugar donde dormía su letargo, despertado y molestado y no responde más que, a la defensa personal propia del instinto de supervivencia de todo ser vivo, a la intención de liberarse de un ser que considera peligroso (y no se equivoca). En resumidas cuentas, porque nos la hemos merecido.

Lo demás, responde también a su aspecto inquietante, y en el caso de los rinolofos, más por la excrecencia nasal que le da un cierto aspecto estrambótico y feo. Los asimilamos a ratas voladoras, que consideramos la panacea de los mamíferos asquerosos, sucios e indeseables, con las que en realidad sólo les une el ser mamíferos, porque las ratas son roedores y los murciélagos, insectívoros quirópteros. El hecho de ser noctámbulos, criaturas de la oscuridad, que el hombre asimila al mal, a lo esotérico, a lo satánico, a lo ultramundano y a lo malvado, brujería negra incluida, ayuda a concebirlo como espectro malvado y más sus extrañas orejas, sus alas, como únicos mamíferos que vuelan (otra cualidad que asimilamos al mal cuando lo hace a ciegas, revoloteando con dirección oscilante y similarmente caprichosa. En cambio, el vuelo de las aves se considera bello, elegante y asimilable al bien angélico) y sus alas mismas, consegidas por membranas que unen dedos larguísimos que nos recuerdan a los anfibios (otros animales vilipendiados de asquerosos y deformes) y lo que es peor, a dragones.

El poema, mi poema busca la definición del ser a partir de la poetización contrapositoria entre los tópicos superticiosos que lo asimilan al mal y su realidad de animales inofensivos y beneficiosos más allá de su aspecto intrigante y sus costumbres peculiares.


En la recóndita cueva oscura, yo me escondo,
con mi mezcla de rata y pteranodón alado.
La noche tejió en mí suspicacias de innombrado
y me fundió de un monstruo-hombre que existió volando
en los sueños que suscita el miedo más redondo
que surge de lo profundo y se va alimentando
de cavernas y akelarres donde habita el diablo.
De los mosquitos tejió una leyenda de sangre
y el resto, imaginó de merodear el establo
para inventarme una orgía de muerte y sangre.

La Luna tuvo la culpa y la noche estrellada.
El hombre creyó que era su alma satanizada
mirando mi rostro y viendo que, ciego, volaba.
Mis tétricos dedos alargados, su membrana,
que tanto se asemejan a los pies de una rana,
y el pelaje de rata, en vez de plumón sedoso,
me hicieron, a sus ojos, un monstruo que acechaba
la inocencia de doncellas de actuar decoroso
y me asoció, pues era cierto, a oscuros cementerios.
De ahí partieron tópicos y frío criterios
para asociarme a Satán, malvado y horroroso.
De cavernas nacieron mil criptas embrujadas
y de mi despertar, las leyendas más malvadas.
Más no crean cuanto dicen, soy inofensivo.
Como mosquitos y moscas cuando voy volando,
muerdo cuando, en mi cueva, me están molestando
y, cuando vuelo, del hombre me aparto y lo esquivo

MANUEL MILLÁN C ASCALLÓ



viernes, 13 de julio de 2012

ESPECTRO NOTURNAL (MEDUSA)


Iniciando la serie de espectros que vuelan o levitan en la oscuridad, sea el medio líquido o gaseoso. La medusa, en este caso una medusa brújula, antártica es un perfecto fantasma de las aguas oceánicas, que parece surgida de los ultramundos. Los humanos somo dados a crear monstruos de estas formas espectrales y la medusa es un ser que se apresta a estas invenciones surgidas de nuestro subconsciente y atadas a las leyendas. El caligrama, más un pictocaligrama que no un caligrama,nos la presenta pululando en la negritud de las aguas profndas como un alma en pena y nos habla de sí misma y las impresiones líricas que nos produce un ser que aúna la belleza hipnótica como el dolor de sur células altamente urticantes y paralizadoras. Y el poema que lo compone, mi poema, dice así:

Como un fantasma de los mares surjo
con elástica piel de goma-espuma.
Si me tocas, sabrás lo que es el daño.
Mírame, cual alma inerte de encajes
de la que se ha de admirar su belleza
en la fría distancia de las aguas.
Perlas de oxígeno por doquier siguen
mi ingrávida presencia en un cortejo
y, aunque soy blanda y frágil cual la flor,
deletérea, angélica en mi vuelo,
no te fíes, pues mis látigos hieren
cual, de las rosas hermosas, sus púas.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

Alma o flor flotante, ángel de las heladas y oscuras aguas, la medusa nada levitando mientras oculta sus misterios en un halo hipnótico, parsimonioso y elegante propio de un ángel submarino.

La firma, mi firma, aquí se oculta entre los pliegues de la vaporosa medusa como un tatuaje que se protegiera de la humedad de las aguas marinas.