lunes, 31 de agosto de 2009

BAGHERA 2, MI PERRA FIEL


El caligrama resume la fidelidad del animal, su energía y vitalidad, su inapreciable compañía y el efecto directo de regeneración vital que en mí produce toda esa fuerza viva que me trasvasa... Pura vida y felicidad, ganas de vivir

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

domingo, 23 de agosto de 2009

OSCURO PRESAGIO

OSCURO PRESAGIO es un caligrama simbolista que muestra claramente la encrucijada entre
el surrealismo, el existencialismo y la contraculturalidad ecologista y crítica contra el Sistema en clave vanguardista que caracteriza el poemario Ciudad entre la bruma impertinente (en la que aparece en su La ciudad, monstruo que todo lo devora). Una superposición de símbolos en diversos estratos de interpretación tanto en su imagen como en la letra del poema que lo compone. Así, en su imagen, una mujer desnuda en perspectiva inclinada (la cabeza aparece más próxima que el el torso y brazos y el abdomen, alejándose, nos conduce hacia los muslos, las piernas y los pies), claramente figurativa, se ofrece a dos figuras sintetizadas de hombres, sin pormenorización ninguna, caminantes hacia ella. Poco más allá, la línea horizontal y simple del paisaje se recorta y adivina entre las figuras y, de paso, divide el espacio entre la tierra donde descansan las figuras humanas y el firmamento. En la tierra, las figuras humanas de carecen sombra alguna (o son contorno, como la mujer, o son diseño completo, como los hombres), una línea, síntesis de una grieta del terreno, una agrupación en dos alineaciones de piedras son los únicos elementos visibles. En el firmamento, tres grandes gotas de sangre ocupan la parte más superior, de ellas, el número de ellas nos desliza hacia una Luna menguante, unida al Sol, por una espada, un rayo solar, y bajo ambas figuras, dispersas nubes, 3 también, una de ellas, la central, claramente un corazón.

En esta primera visión, el carácter simbólico aparece ya claramente expresado. Los símbolos del cielo y la desproporción entre el tamaño de la mujer desnuda obligan a ello. La clara lectura de los símbolos del firmamento rebelan claramente tal carácter. Las gotas de sangre nos dicen lo que son por sí mismas, de la misma manera que entre la Luna y el Sol puede leerse La Luna una espada de Sol y en las nubes continúa la simbolización: la parte (nube de la izquierda, en referencia a la espada de luz que parte del Sol que alcanza la Luna), corazón (nube central) de hada (nube de la derecha), en referencia a la composición de la Luna y a su carácter mágico e hipnótico. En resumidas cuentas, el firmamento muestra a éste en el ocaso solar, cuando nace la noche y su reflejo es la roja sangre crepuscular...

La Mujer postrada, imán de los hombres, sensualidad, sexualidad, procreación, Madre Tierra, inmensa ante sus hijos, los atrae hacia sí. Su inmensidad y su sensualidad oculta la lectura global y su interpretación. La Mujer, se funde con la Naturaleza y se hace una misma cosa, es en realidad un macizo rocoso, la misma Madre Tierra, como la grieta el camino de los dos hombres
y lomas las piedra que vemos, la lectura del poema nos acerca a la interpretación definitiva:


OSCURO PRESAGIO


Gotas de sangre 3
La Luna, una espada de Sol,
la parte,
corazón de hada...
El horizonte será la misma muerte.
Tú, un mar postrado,
te ofreces...
Montañas de placer
cálido y verde,
muslos de piedra,
dorso vergel
postra al hambre voraz.
El hombre vuelve a ti
una y otra vez,
mas sus dientes de metal
nos hieren
engañados por la carnívora ciudad.
Naturaleza hirviente,
el paisaje reposa.
Yo soy su herido amante...
Enanos ambiciosos te acechan...
El diente voraz del capital.
Harán de ti un páramo de muerte,
un desierto de avaricia.
La vida será una piedra silente,
humo en la inmensidad se pierde

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ


Ya hemos observado la composición de los versos que aparecen en el firmamento. Un sólo verso entrecortado compone la línea cortada del horizonte (El horizonte será la misma muerte) y éste se identifica a sí mismo mencionándose. Pasa luego a la mujer: Siguiendo la cara y el contorno de la pierna derecha (inferior a la izquierda en la imagen ), donde podemos leer: Tú, un mar postrado (frente, nariz, labios y babilla, cuello y hombro con antepecho), para seguir en la clavícula y sombra sobre los senos con Te ofreces... Continúa con Montañas de placer cálido y verde, muslos de piedra en senos, tórax, abdomen, muslo anterior, pier y pie anterior de la pierna derecha. Prosigue con dorso vergel postra al hombre voraz en espalda, glúteo, parte trasera del muslo pierna y parte inferior del pie. Luego prosigue en la pierna izquierda (superior en el diseño), en muslo y pie,con el hombre vuelve a ti una y otra vez. Sigue en el brazo y mano derecha, donde puede leerse mas sus dientes de metal nos hieren engañados por la carnívora ciudad.

Los siguientes versos se localizan en el cabello, Naturaleza hirviente, el paisaje reposa. Pasa después al cuello y coleta con Yo, soy su herido amante... Las dos figuras de hombre componen Enanos ambiciosos te acechan... Vuelve a la coleta con El diente voraz del capital. Prosigue en la grieta que es un camino con Harán de ti un páramo de muerte, un desierto de avaricia. Para acabar con las lomas que son también piedras, con La vida será piedra silente, humo en la inmensidad se pierde. Con ello el poema revela su paradoja y vaticinio sobre la muerte paulatina de la Naturaleza a manos del hombre y, de paso, encuentra con ello su nexo con la ciudad.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ











sábado, 15 de agosto de 2009

ARRASTRANDO MI VIDA


Con este autorretrato simbólico en caligrama se abre el poemario Arrastrando mi vida. El caligrama lleva idéntico título que el poemario y le da nombre y vida. Me represento como un caracol que arrastra la pesada carga de mi existencia. En simbiosis con ella, la sombra, la Tierra, la realidad que me sustenta y me atenaza, me persigue allí donde fuere, como un espejo de mí mismo que prolonga mi dolor allí donde vaya. Es la vida atrapada a sí misma. Allí anidan también las quimeras, los placeres imposibles, las tentaciones que jamás se cumplieron como un negativo de la existencia, por eso viven en la sombra de la existencia y no en la realidad en sí misma, carne blanda y débil que debe protegerse en el refugio de la conciencia, el costra, en la concha, en el cascarón de la supervivencia, pero el cuerpo contiene, aún así la voluntad de existir, que se arrastra a sí misma en existir como un dolor todo esencia.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

martes, 11 de agosto de 2009

EL COCHE DE LA HUÍDA

Claramente un caligrama, El coche de la huída aparece en Conciencia de mí, propósito y huída como uno de los caligramas que forman parte del poemario Ciudad entre la bruma impertinente. El título es suficientemente claro y el caligrama nos habla de la necesidad del hombre actual de huir de sí mismo en esta sociedad que nos agobia y nos aliena. Es el deseo de libertad frente a la represión, la frustración y la negación de sí mismo que el Sistema provoca al abocarnos a una vida rutinaria, que sólo crea necesidades artificiales y urgencias que impiden el desarrollo de sí mismo. El deseo de huír de esa sensación de ni siquiera ser protagonista de sí mismo, sino preso del tiempo y del espacio en el que se vive, del entorno y del hecho...

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ

domingo, 2 de agosto de 2009

CALLE SOLEDAD

En este caligrama de mi poemario Arrastrando mi vida, una farola y su sombra cruzan la acera de la Calle de la Soledad. Cruza el negro asfalto y al otro lado, en dibujo, aparece la puerta de una casa y su ventana. Como un hito solitario enhiesto y desafiante, representa al hombre urbano actual, enclado por la realidad en su rutina, esclavo del mundo en que vive. Su sombra, como un grito, se arrastra sobre el entramado de baldosas que es la acera, que representa y se dice, como un mensaje oculto, de la prisión de realidades cotidianas con las que la vida urbana, la sociedad de consumo, nos atrapa en su telaraña hasta convertirnos en solitarias farolas, en mobiliario rbano. La farola, una inteligencia, una luz sin luz, parpadea, late su vida como un dolor ardiente, una pasión de vida inútil ante una ealidad luminosa y sólo visible en la noche de la soledad urbana, cuando la rutina e apaga y queda la conciencia lamiendo sus heridas.

La red de la acera, la realidad es enorme frente a la calle, el asfalto negro, el río de la vida soñada e inalcanzable, inaccesible a los hombres anclados a su realidad, transcurre sólo para realidades veloces y audaces, para impulsos sensitivos que cruzan, automóviles, dioses de su momento fugaz, para desaparecer en el olvido del tiempo, y al otro lado, la casa, la morada del descanso, como una promesa, un cielo prometido y ansiado, una tentación voraz e hipnótica ante nosotros, una meta qu nunca será, más allá de río de las sensaciones, ya imposible para el hombre urbano anclado a su cotidianeidad rutinaria.

MANUEL MILLÁN CASCALLÓ